“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala

miércoles, 27 de junio de 2007

Ortega Cano

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- Un poco entristecido y decepcionado vengo.
- ¡Y bien moreno! pero… ¿De dónde viene, y a qué se debe su estado de ánimo?
- Pues verá usted. Junto con unos amigos decidimos marchar, antes de que lleguen las aglomeraciones y los ingleses, a pasar una semanita a Mallorca, a la playa… y de ahí el moreno... Pero aprovechando que el domingo había toros en Muro, y que no estábamos muy lejos de allí, más el aliciente de que se anunciaba el maestro Ortega Cano… allá que nos fuimos… ya me conoce, yo iba ilusionado… como siempre…
- Y que les hizo el bueno de "Jóse".
- Se descompuso… nunca había visto a un torero tan desencajado, tan falto de facultades, sin recursos… tan a la deriva. El público enervado, el ruedo lleno de objetos… se montó la mundial… me daba pena.
- Pero ¿qué se cree usted, don José? Los años no pasan en balde para nadie. Ya en la reaparición anterior lo pudimos comprobar claramente. Incluso en su última época, antes de sus retiradas, ya apuntaba un giro hacia un toreo más efectista que profundo, más para el espectador que para el aficionado, cada vez más alejado de la pureza y el clasicismo que había caracterizado su toreo desde un principio y que lo llevó hasta los primeros puesto del escalafón y del gusto de los aficionados.
-
Sorprendido me tiene usted con el lenguaje tan refinado y educado que esta utilizando para hablarme de Ortega Cano.
- ¡Porque le tengo un respeto!… Y ese respeto se lo tengo porque lo he visto torear de verdad. En la memoria tengo el recuerdo de alguna de sus actuaciones que me han tocado la fibra sensible…

- Recuerdo aquel 12 de octubre, día del Pilar, de 1974 -de blanco y oro vestía- en que tomó la alternativa en nuestra plaza de "La Misericordia". El toro de Osborne, “Pedillero”, que le cedió José María Manzanares en presencia de Paco Bautista.
- Dejó ver buenas maneras, luego le costó hacerse un hueco, tardó cuatro años en confirmarla en Madrid. Recuerdo cuando formó aquella terna, a finales de los setenta, de buenos toreros modestos con nuestro paisano Miguel Peropadre “Cinco Villas” y Gregorio Tebar “El Inclusero”. Estaban dispuestos a matar lo que les echaran y en donde se lo echaran… ¡ni aún así!…
- Los últimos años de esa década fueron difíciles para los que empezaban, había muchos gallitos que no se dejaban ganar la pelea...
- Menos… menos gallitos. Lo que había era muy poco toro y muy poca gente en los tendidos. Los viejos aficionados se habían ido marchando de las plazas aburridos por la degradación y el fraude. La Fiesta atravesaba los peores momentos de su historia. Tuvo que ser el toro… una vez más el toro, quien pusiera las cosas en su sitio.
- ¡El toro!… ¡el toro!… no piensa usted más que en el toro…
- ¡Y es la verdad, don José!… el toro. Uno de Victorino, "Belador", fue el que lanzó a Ortega Cano al estrellato.
- Tiene usted razón, don Pepe, pero algún mérito tendrá el que se pone delante… ¿No?
- Claro que tiene mérito, y más un torero como Ortega Cano que basaba su toreo en la pureza y la verdad… pero acuérdese don José, ¡con toros-toros fueron sus grandes competencias en Las Ventas de Madrid con Julio Robles y Cesar Rincón!
-
Y lo bien que lo hemos visto torear muchas veces en Zaragoza…
- ¡Y usted que lo diga, don José!… Que cogida más impresionante la de aquella tarde del 13 de octubre 1987. ¿Se acuerda?... Se le coló el toro de Baltasar Ibán en un quite junto al tendido 4… es como si lo estuviera viendo en estos momentos… lo empitonó por el vientre, lo levantó del suelo verticalmente más de un metro, lo mantuvo unas décimas de segundo interminables en vilo... como un pelele… y lo dejó caer desvencijado y desvanecido al ruedo… era el quinto de la tarde… en el segundo había cortado dos orejas.
- Así mismo lo recuerdo yo, don Pepe. Ya sabe que mi abono está en dicho tendido... aún se me erizan los pelos cuando lo recuerdo… Por eso le dije que vengo entristecido, decepcionado de ver el bochornoso espectáculo que este torero, tan querido para mí, ha dado el pasado domingo…
- ¡Pues si no puede, que no se anuncie!… Si lo hace para ofrecer espectáculos como el que usted presenció el pasado domingo… esta engañando… estafando a la gente, que como usted, paga su entrada y acude cargada de ilusión…
- Si no es por el dinero, don Pepe…
- Ya sé que no le duele el dinero, don José… A usted, como a mí, lo que le duele es el corazón…
- ¡Más claro no se puede decir!
- Allá Ortega si quiere emborronar su nombre, su historial y el buen recuerdo que los aficionados podamos conservar de él, esta en su pleno derecho, pero a lo que no tiene derecho es a pisotear una Fiesta a la que se lo debe todo.

martes, 26 de junio de 2007

Balance del 1º Ciclo de Zaragoza

Llega la hora de hacer Balance de lo sucedido durante el 1º Ciclo de la temporada zaragozana, para ello contamos con la colaboración de Olegario "El Óle" y la Plataforma de Aficionados de Zaragoza (oficialmente se llama "Plataforma para la Defensa de la Plaza de Toros de Zaragoza", aunque a mi me gusta más la primera denominación, la veo más rotunda, más definida, más clara... porque además de la defensa de la Plaza, se define una forma de ver y sentir la Fiesta... incluso me atrevo a sugerir a quién corresponda que se someta a debate la posibilidad de un cambio oficial de nombre).
Lean y comparen.

lunes, 25 de junio de 2007

Fiesta de las Calderas en Soria

El primer miércoles después del día 24 de junio da comienzo en Soria una celebración que se remonta a tiempos inmemoriales. Es un rito ibérico, o incluso anterior, que coincidiendo con el solsticio de verano consiste en sacrificar doce toros al dios Sol.
Es una fiesta que se compone de cuatro actos, el primero de los cuáles es la Saca que da comienzo a las doce el mediodía de ese jueves. Doce toros, que han sido proporcionados por las doce cuadrillas -antiguamente se denominaban consejos- en que se divide la ciudad para estos festejos -de lo que existen documentos que se remontan al siglo XVI- se encuentran encerrados en la Cañada Honda de Valonsadero -lugar en donde hay pinturas rupestres que representan toros y hombres- a siete kilómetros de la ciudad. Han de ser conducidos, guiados por garrochistas a caballo y mozos a pie, hasta la plaza de toros para su sacrifico, a donde deben de llegar antes de la puesta del sol.
El segundo acto es el denominado Viernes de Toros, consiste en el sacrificio de los doce toros en sesión doble de mañana y tarde. Los toros son muertos por becerristas y poco importa el lucimiento, lo importante es el sacrificio. En el último toro, que según los sorianos es donde reside la clave de sus fiestas, los espectadores se lanzan al ruedo para darle muerte.
La fiesta continua con el tercer acto denominado Sábado Agés, en donde se subastan los despojos de los doce toros públicamente. Plazas y soportales se convierten ocasionalmente en escenarios en donde se puja por cuernos, pene, cabeza, corazón, testículos, piel, sangre, asaduras y mondongo de los doce toros sacrificados.
El cuarto acto, y día grande de la fiesta, es el Domingo de Calderas. La carne de los doce toros es repartida entre las doce cuadrillas que los aportaron para su guiso y condimentación. A las doce del mediodía parte de la Plaza Mayor una procesión con las doce calderas ricamente engalanadas que contienen la carne de los doce animales sacrificados, tienen que llegar hasta la Dehesa, que es el sitio elegido para organizar un gigantesco ágape, en el que participa toda la población, y en donde se comen los doce toros sacrificados.
Es esta una tradición que se remonta a tiempos prehistóricos y ha logrado subsistir a las diferentes culturas y religiones que desde entonces han transitado por esta península ibérica en la que nos que nos ha tocado vivir, y en la que el que el toro ocupa un lugar de privilegio, porque como dice Antonio Gala, “el toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?”

sábado, 23 de junio de 2007

Romance de Valentía

Una de las últimas creaciones de Conchita Piquer fue este "Romance devalentía", pasodoble con letra de Rafael de León y Antonio Quintero, y música del Maestro Quiroga, que estaba incluido en el repertorio del último espectáculo que la cantante presentó en el año 1957 con el nombre de “Puente de Coplas”.
El 13 de enero de 1958, en el teatro de Isla Cristina (Huelva), su garganta no le respondió como en ella era habitual, y al finalizar su actuación se dirigió al público diciéndoles: “Hoy han escuchado cantar por última vez a Conchita Piquer”. La causa fue un enfriamiento que sufrió durante las fiestas del Pilar de Zaragoza de ese año 1957, no dio demasiada importancia a esta dolencia y continuo con su gira, pero ello derivo en una faringitis mal curada que le produjo esa carencia en su voz, y ella, tan exigente consigo misma, en vez de curarse bien y continuar su carrera artística, no consintió seguir sobre los escenarios, anuló todos los contratos que tenía firmados, pagó a los componentes de su compañía y se retiró.
-
Romance de valentía
Quintero, León y Quiroga
-
Era poco en la vía, tan poco, que nada era,
por no tené no tenía ni mare que lo quisiera.
Era un triste afisionao que buscaba la ocasión
de dejar en un cerrao frente a un toro el corazón.
Romance de valentía, escrito con luna blanca
y gracia de Andalucía en campo de Salamanca.

Embiste, toro bonito, embiste, por cariá
Morir se me importa un pito, pues nadie me iba a llorá.
Aquí no hay plaza, ni nombre, ni traje tabaco y oro.
Aquí hay un niño muy hombre que está delante de un toro.
En matarme no repare, te concedo hasta el perdón…
Y ya que no tengo mare,
la Macarena me ampare si me cuelgas de un pitón.

Todas las noches saltaba sin miedo la talanquera
y a cara y cruz se jugaba al toro la vía entera.
Quizá fuera colorao er buré que lo embistió
y mordiendo su costao malherío lo dejó.

Romance de valentía teñío de luna blanca
y sangre de Andalucía en campos de Salamanca.

Adiós, plaza de Sevilla, ya nunca me habrás de ve,
pisar tu arena amarilla, con tanto que lo soñé.
Adiós, capote de sea, que fuiste mi compañero,
morir en esta pelea es cosa de buen torero.
Ya vestío de alamares no ha de verme la afisión,
y como no tengo mare,
la Macarena me ampare y me de su bendición.

(Recitado)
Allí quedó ante la fiera, ninguno lo vio caé,
nadie resó tan siquiera, ni un padrenuestro por é

(Cantado)
Por él ninguna serrana lloró de luto vestía
Por él ninguna campana dobló amaneciendo el día.
Pero en cambio entre asucena y entre velas enrisá,
en San , la Macarena,
si que lloraba de pena por la muerte del chavá.


jueves, 21 de junio de 2007

El cortador de coletas

¡¡¡Un fantasma recorre las plazas de toros armado de tijeras!!!
La imagen que reproducimos fue posible tomarla en la plaza de Zaragoza el pasado 28 de mayo durante la novillada de Bucaré que se lidió ese día en la plaza de La Misericordia. Al finalizar la misma se corto la coleta el novillero Javier Rojas, que debutaba con picadores y fue incapaz de dar muerte al tercer novillo, primero de su lote.
No disponemos de ningún documento gráfico para poder confirmar que “el cortador de coletas” anduviera por La Monumental de Las Ventas del Espíritu Santo el pasado 6 de junio, día de la corrida de Beneficencia, en la que Morante se encerró en solitarios con 6 toros de diversas ganaderías; ni podemos asegurar que su fantasma deambulara por los sueños del diestro de La Puebla en los días posteriores a tal evento; pero es posible.
Que se anden con tiento los profesionales del escalafón taurino.
Que se cuiden muy mucho de la presencia de tan extraño personaje.
Que recelen de todo barbudo que se les acerque.
¡¡¡Un fantasma recorre las plazas de toros armado de tijeras!!!

miércoles, 20 de junio de 2007

Qué bonita es Barcelona

- Hola don Pepe.
- Hola don José ¿Qué viene canturreando usted?
- “Qué bonita es Barcelona / perla del Mediterráneo / qué bonito es el color / de su cielo tan azul / en invierno y en verano” ¿Se acuerda usted?
- Claro que me acuerdo. Viene usted rebosante… hasta parece más joven.
- Y no es para menos… lo que se perdió usted don Pepe… ¡¡¡lo que se perdió usted!!!
- Yo me enteré por la tele y por lo que decían los papeles… pero cuente usted… cuente, cuente.
- ¡¡¡Lloré!!!... Si, si, si… se lo digo como lo siento…¡¡¡Lloré!!!
- No será para tanto…
- Como que no será para tanto… ha vuelto como se fue… o mejor… qué empaque, qué sitio, qué entrega, qué templanza, qué quietud, qué silencio…
- Pero ¿qué pasó?
- La gloria pasó don Pepe, pasó la gloria… que se vayan apretando los machos las figuras porque ha vuelto el toreo reencarnado en la muleta, poderosa y sutil a la vez, del monstruo de Galapagar.
- Pero es que se ha reencarnado Manolete, o qué…
- Con qué empaque se llevó el toro a los medios, qué suavidad, qué elegancia… derechazos largos y ligados, quieto como una vela, esperando la embestida con la tranquilidad de los dioses, conduciéndola con la templanza de los elegidos…
- Al grano don José… al grano.
- Es que me parece que lo estoy viendo don Pepe… naturales de cartel, majestuosos, ligados, con las zapatillas atornilladas al piso… y de pronto el ¡¡¡aaaaaaayyyy!!! en miles de gargantas al unísono… el ídolo poderoso cae, trata de zafarse del peligro rodando sobre sí mismo por el albero… segundos interminables que parecen horas de angustia… pero el ídolo, como un Hércules renacido vuelve a incorporarse y a continuar su faena como si nada hubiese sucedido… la emoción me embarga cuando lo recuerdo… maravilloso… las monoletinas, los ayudados por bajo... luego se cuadró y…
- Un bajonazo… un bajonazo infame, don José… que lo he visto por la tele y no hay duda…
- Ni me di cuenta… además, después de lo visto eso no tenia mucha importancia… como si una nevada hubiera caído repentinamente sobre la Monumental, los tendidos se cubrieron de blanco. La apoteosis, don Pepe… la apoteosis… Cuando salio el quinto la plaza estaba bocabajo, entregada a la magia del celebrante, en comunión perfecta con el sumo sacerdote del toreo que había vuelto para traer la auténtica verdad a los ruedos, como un Mesías de la ligazón, el temple, la quietud, y…
- Y de los novillos que me dice.
- De que novillos me habla… ah, sí… de los novillos… ¡¡¡qué novillos!!!... de los toros querrá usted decir.
- Pues parecían novillos.
- Qué socarrón, don Pepe… siempre lanzando pullitas… Los toros sirvieron, se dejaron, incluso el segundo le dio un revolcón… en la muleta fueron pastueños, nobles, iban y venían… se podía estar a gusto delante de ellos… pero es que ya sabe usted que estos toreros de arte y pellizco necesitan el toro colaborador.
- Ya, ya... ya me sé yo eso del toro colaborador… Y del ambiente ¿qué me dice?… cuentan y no acaban…
- Personalidades, políticos, artistas, intelectuales… un ambientazo… y aficionados de todos el mundo y de toda condición. Y la plaza llena, que hacia más de veinte años que algo así no sucedía. Barcelona fue una fiesta, la fiesta de la Fiesta.
- ¿Si al menos sirve para que los toros cojan de nuevo fuerza en Barcelona?
- No le quepa duda, don Pepe.
- No sé, no sé… pero ¿aprovechando la ocasión se habrá dado algún paseito por las Ramblas?
- Por supuesto, me he quedado unos días con mi sobrino que tiene una casa muy céntrica, en la calle Universidad, al lado de la Plaza de Cataluña, justo al lado de las Ramblas.
- Pues vive en buena zona su sobrino, don José.
- Ya lo creo… comparte el piso con unos compañeros de trabajo, cerca del banco, y como son tan grandes eso pisos hay sitio para todos, hasta para usted si hubiera venido.
- Se lo agradezco don José… y me alegro de que se haya emocionado usted en los toros, eso no se paga con nada.
- Y que lo diga, don Pepe… y que lo diga.
- Y lo contento que ha vuelto usted, canturreando y bailoteando por la calle… da gusto verlo... si hasta parece haber rejuvenecido y...
- Y que mujeres por la Rambla don Pepe, ¡¡¡que mujeres!!!…. llevo varios días sin poder quitarme de la cabeza esta melodía: “Que bonita es Barcelona / la ciudad de mis amores / que delicia es contemplar / las mujeres paseando / por la Rambla de las Flores”. ¿Se acuerda?
- Claro que me acuerdo… bonita canción don José… bonita canción.

martes, 19 de junio de 2007

Toros en Tolosa

Durante la semana pasada, entre la vorágine de la vuelta de José Tomás, convertida en un gran acontecimiento en el mundo taurino, e incluso en noticia de portada en periódicos nacionales e internacionales, y la presencia de los novillos de don Fernando Pereira Palha en Zaragoza, otro acontecimiento para los aficionados de Zaragoza, en donde resido, y de otras latitudes de nuestra piel de toro, surgió la noticia de la corrida que ese mismo día 17 de junio se debía de celebrar en la más que centenaria plaza de Tolosa, y junto con la noticia, la polémica en torno a la presidencia del festejo y a todos los sucesos acaecidos en relación con este tema, del que supongo ya están enterados, y que afectaba directamente a buenos aficionados comprometidos con la verdad de la Fiesta en ese territorio a los que conozco.
Mientras bullían por mi cabeza ideas que saltaban de un acontecimiento a otro, y repasando no se porque razón un libro sobre Lagartito y Frascuelo, apareció un dibujo, realizado por J. Chaves para “La Lidia”, de un acontecimiento sucedido precisamente en la plaza de Tolosa hace 141 años, en la segunda corrida de la feria de San Juan de 1866 -entonces se celebraban tres corridas de toros- y la crónica del sucedido escrita por don Antonio Peña y Goñi. Yo no buscaba esta historia, aunque es posible que la historia me buscara a mí porque cuando abrí el libro la primera imagen que apareció fue esta.
No tuve duda. Era la ocasión de brindar mi apoyo y solidaridad a todos los buenos aficionados comprometidos que están sufriendo ese mismo cartel del “tomate-circo” no solo en Tolosa, también en Eibar y en Vitoria, y que supone un paso más para descafeinar la Fiesta en una zona que siempre se ha caracterizado por la exigencia del toro íntegro. Y quiero brindar esta solidaridad rescatando del baúl de la historia estos hechos acaecidos en esa plaza que tanto quieren, y sí les sirve para disipar un poco la preocupación de lo que sucede en sus plazas y aliviar ese gusto amargo que se les ha quedado, ese era mi objetivo.
Sobre la novillada de Palha en Zaragoza ya quedaron reflejadas mis impresiones en el día de ayer, de José Tomás hablaremos cuando don José, nuestro corresponsal en ese acontecimiento, regrese de Barcelona, pues aprovechando la ocasión se ha quedado unos días con su sobrino en la capital condal, ahora le toca el turno a Tolosa.
Cuando transcribía la crónica que podrán leer a continuación el nombre de Juan Antonio estaba presente en mi cabeza, junto al suyo el de Urko y el de Miguel. No tengo duda que si hubieran tenido 141 años menos que ahora hubieran coincidido en este festejo, aunque hubieran tenido que vender el colchón.

Sucedió en Tolosa el 25 de junio de 1866.
Toros de don Raimundo Díaz para Salvador Sánchez “Frascuelo” y Antonio López “Cúchares de Córdoba”.
"Lidiándose el quinto toro, ocurrió este de todo punto extraordinario incidente.
Apurado el toro en la suerte de varas, como todos los lidiados en las tres corridas, había llegado a la muerte sumamente descompuesto. Salvador lo pinchó varias veces, y el animal fue a refugiarse en la querencia de un caballo muerto, donde se encastilló, tapándose y haciendo inútiles todos los esfuerzos del matador, que quería descabellar a su enemigo.
El animal se hallaba cerca de las tablas, enfrente del chiquero y al lado opuesto de éste. Cuando Frascuelo bregaba como un desesperado, oyese de pronto un estrépito en la plaza y un grito de terror lanzado por todo el público. El sexto toro había hecho saltar la puerta del toril y presentándose en el redondel inopinadamente.
Frascuelo, que, como dije antes, estaba de espaldas al chiquero, y echando los bofes para rematar al quinto, volviose como un rayo al oír el clamor de la concurrencia y se encontró con el sexto toro en la plaza.
El animal había rebotado por encima de la barrera, que hizo trizas al salir. Se revolvió contra ella, y, rehecho en seguida, dio media vuelta, quedando engallado y con la vista fija en el otro extremo del ruedo donde se hallaba Salvador, tratando de descabellar al quinto.
La ansiedad de los espectadores en aquel momento fue indescriptible, y el cuadro que la plaza presentaba, de lo más imponente que pueda imaginarse el lector.
En un extremo del redondel, un caballo muerto y una res moribunda; en el otro extremo, un montón de madera, y a los pocos pasos, un toro lleno de vida, cuadrado en el suelo, levantada la cabeza, con las defensas erguidas, estremeciéndose de bravura, fiero, encampanado, pidiendo pelea, en esa actitud salvaje y noble a la vez, que convierte a un toro lleno de sangre, de gallardía y de alientos, en el animal más hermoso de la creación.
Y entre el moribundo y el vivo, entre la fiera que agonizaba y la que acababa de pisar la arena, hallábase un chiquillo de veintiún años, a quien se dirigieron con angustiosa ansiedad todas las miradas.
Allí no cabía vacilación; allí no era posible la duda; había que resolver el problema inmediatamente; había que apagar de una manera o de otra aquella inmensa emoción que comprimía todos los pechos.
Frascuelo no tuvo ni un segundo de incertidumbre. En cuanto vio al sexto toro engallado a poca distancia del chiquero, se dirigió Salvador resueltamente hasta los medios, y allí, con una temeridad increíble, flameó la muleta repetidas veces.
El animal se embebió por de pronto, como aturdido por aquel desafío inverosímil, pero desengañado al instante, engreído por los reflejos rojos que a su vista flotaban en son de audacísimo reto, partió como un rayo hacia Salvador.
El espantoso grito que se dejó oír entonces en la plaza fue aún mayor que el que se escuchó al presentarse en ella el toro. Frascuelo lo esperó a pie firme; lo dejó llegar a jurisdicción; le marcó la salida como se marca en las banderillas al quiebro; enmendó con velocidad asombrosa el terreno, al cargar la suerte, y metió y sacó instantáneamente el estoque.
La velocidad adquirida por el toro hizo su muerte tan repentina, que al hundir el estoque Salvador, levantar las manos el animal y caer descompasadamente a los pies del matador, fue obra de un segundo.
Una exclamación de asombro y el eco de miles de frenéticos aplausos hirieron los aires.
Frascuelo, sereno, sin inmutarse a punto, vio caer al toro sexto, y se dirigió tranquilamente a rematar el quinto, lo cual consiguió poco tiempo después.
Cuando cayó la res, el matador se vio rodeado de una apiñada muchedumbre que lo cogió al aire y lo llevó triunfante a la fonda."

Antonio Peña y Goñi.

lunes, 18 de junio de 2007

Banderilla

Posición en la quedó la banderilla -allá por donde la espalda pierde su casto nombre- en el primer par del tercer novillo de Palha de los lidiados ayer en La Misericordia de Zaragoza.
Esto puede dar una idea de cómo se banderilleó la novillada, aunque hay que reconocer que un par de pares merecieron la pena y fueron aplaudidos.
Posiblemente sea una de las banderillas más traseras de la historia del toreo... al menos en mi recuerdo no tengo catalogada otra más trasera.


La de Palha por "El Ole"

"Cuando hay casta antigua y de la buena en 2 novillos ¿quién coño la entiende? Fernando Palha no convenció."
Así titula su crónica Olegario "El Ole" sobre la novillada que don Fernando Pereira Palha lidió en la Plaza de la Misericordia de Zaragoza en el día de ayer.

La realidad y el deseo

A veces los aficionados nos creamos demasiadas expectativas, guiados por el deseo de ver realizados nuestros sueños, nos dejamos llevar por la imaginación y construimos un mundo artificial basado en los datos históricos que poseemos y en la leyenda. Huérfanos como estamos en estos tiempos de acontecimientos que alimenten nuestra afición, tenemos que refugiarnos en nuestro mundo interior y ahí vamos fabricando nuestra verdad, una verdad a la medida de nuestro deseo. Introducimos en la coctelera de nuestra cabeza los datos que nos suministran libros y reatas y creamos toros imaginarios que reúnen las características ideales de cada encaste. Durante días, y meses, alimentamos la esperanza de contemplar un acontecimiento inigualable y acudimos a la plaza ilusionados por un deseo que nos ciega.
Las expectativas creadas con la novillada de don Fernando Pereira Palha en Zaragoza eran grandes, venían avaladas por las fotografías de los novillos expuestas en la web de “La Cabaña Brava” y en carteles publicitarios hechos para la ocasión por la empresa. Los que vieron el reconocimiento por la mañana confirmaron estas expectativas, novillada desigual pero muy bien presentada, con la edad reglamentaria y sin un gramo de grasa, defensas desarrolladas y astifinas, luciendo una variedad de capas propias de su encaste. El sueño continua.
Pero cuando el toro salta al ruedo y la realidad que conlleva se hace presente de golpe, el sueño termina, ya no sirven datos ni leyendas, a partir de ese momento lo que cuenta son los hechos, el comportamiento en los diferentes tercios de la lidia, las reacciones ante los diferentes estímulos que se le ofrezcan y la forma de morir.
De los seis novillos-toros de don Fernando que han saltado al ruedo de la Misericordia, cinco han presentado un trapío impresionante, y tres de ellos lucían, además, unas arboladuras para quitar el hipo, recordaban antiguas láminas de “La Lidia”, parecía como si nos hubiéramos introducido en el túnel del tiempo y apareciéramos en la época de Lagartijo y Frascuelo, pero la realidad nos ha vuelto a despertar, el poder que nos cuentan que tenían aquellos toros legendarios no era el de estos novillos, quizá ha sido el denominador común de la novillada, falta de poder.
Primero y sexto han empujado en el caballo, el segundo era un inválido, y a pesar de esa invalidez ha presentado batalla, el resto han salido sueltos. El quinto se ha parado en la muleta. Primero, cuarto y sexto han ofrecido posibilidades de lucimiento, sobre todo el último que embestía con nobleza y recorrido por ambos pitones. No ha sido una buena novillada, incluso, desde la óptica del toreo moderno, podríamos decir que ha sido mala, pero ha tenido interés, el interés de lo desconocido, porque eran novillos distintos y requerían de una lidia diferente a la habitual. Quizá el público que acude a las plazas, e incluso los aficionados, no estemos preparados para entender estos toros y la lidia que necesitan, quizá sean los novillos-toros que hoy han saltado al ruedo de la Misericordia los que han viajado en el túnel del tiempo hasta nuestra época.
Los novilleros y sus cuadrillas, a los que reconozco el mérito de anunciarse con una novillada que nadie quería torear, han estado a la deriva toda la tarde, los novillos han impuesto su ley en todo momento, y no es que hayan mostrado excesivo peligro en su comportamiento, incluso alguno ha demostrado nobleza, pero nadie, ninguno de los que toreros que intervenían en el festejo, a sabido imponer su ley y los novillos han andado a sus anchas. Puede que haya sido el “miedo escénico” producido por el trapío del ganado, o porque ya venían predispuestos por la leyenda de la ganadería, o porque no sabían cómo meterles mano... por lo que sea... lo cierto es que han andado a la deriva toda la tarde. ¿Qué hubiera pasado si las cosas se hubieran hecho de otra forma? Eso ya nunca lo podremos saber.
A la salida, división de opiniones entre la afición. A unos les ha parecido una moruchada; a otros interesante, con un comportamiento consecuente con su encaste; había quien destacaba su excelente presentación, mientras que otros se quejaban de lo contrario; a unos les traían a la memoria los toros de antaño y a otros le recordaban los de un famoso bodeguero; mientras que unos pedían que no vuelvan los toros de don Fernando Pereira Palha a Zaragoza por una larga temporada, otros se lamentaban de que eso pudiera ocurrir… División de opiniones, que es la salsa que le da sabor a esta Fiesta. Cuando salimos de la novillada de hace quince días, que no recuerdo, ni quiero recordar, de quién era, todos estábamos de acuerdo, ahí se acabo el tema y cayó en el olvido. De esta, seguiremos hablando.
Quizás hubiera demasiadas expectativas en esta novillada, quizás nuestra ilusión estuviera subyugada por el deseo, quizás la realidad nos ha cogido desprevenidos y desarmados… pero conforme vayan pasando los días y las imágenes se serenen en nuestra cabeza, hasta es posible que alguno sueñe con que se ha transportado realmente a esa época en donde la historia nos habla de toros parecidos a los que hemos visto esta tarde.

domingo, 17 de junio de 2007

William Lyon - Toros en Madrid

El pasado 13 de junio apareció en el diario “El País” un interesante artículo, que bajo el título de “Toros en Madrid”, firmaba el periodista norteamericano William Lyon.
Pone el dedo en la llaga cuando responsabiliza de la situación por la que atraviesa la fiesta en Madrid a los responsables políticos.
“Si la propietaria de la plaza es la Comunidad de Madrid, el brazo ejecutor de su peregrina política es el Consejo Taurino, una veintena de señores, incluidos representantes de los principales partidos, que son nombrados a dedo. Teóricamente han de fomentar la fiesta y velar por su seriedad, pero en realidad se limitan a aprobar carteles infames, sin rechistar, año tras año.”
Centra su crítica en la política de renovación de abonos, que considera un abuso, y en el proceso de adjudicación de la plaza plagado de irregularidades, haciéndose eco de las denuncias presentadas por cinco organizaciones de aficionados madrileños, y comprobando cómo
“últimamente han brotado en los tendidos pancartas que denuncian un pucherazo y piden la dimisión del Consejo. En marzo, La Voz de la Afición, el boletín de la Asociación El Toro de Madrid, en un "Número Extraordinario y Monográfico Sobre el Pucherazo", lanzó un ataque devastador contra la "corrupción" y el "engaño" de esta política taurina. Periódicos madrileños y la prensa especializada han secundado esta opinión.”
“¿Cómo se pueden mejorar las corridas en Madrid?”,
se pregunta.
“En primer lugar, reducir el número de festejos de la feria porque simplemente no hay toros apropiados ni toreros dispuestos a venir a Madrid durante tantas tardes, como acaba de demostrarse, una vez más. Asimismo potenciar el resto de la temporada, que desde hace décadas es desoladora. En vez de un canon anual tan alto -actualmente más de 5 millones de euros- que restringe los movimientos de cualquier empresa, se ha barajado un retorno a la antigua gestión compartida -CAM y empresa se reparten ganancias o pérdidas- o una gestión directa de la plaza por un equipo especializado, fórmulas ambas que aportarían más transparencia. Hay que animar a los empresarios con imaginación -no darles largas- y contar más con las asociaciones de aficionados, como ocurre en Francia.”
Afirma que “a la fiesta de los toros en Madrid le ha llegado la hora de la verdad” y concluye con una petición muy concreta y directa, porque
“es tiempo de que la CAM se olvide de ganancias millonarias y fomente la fiesta de por sí, casi como un servicio público. El nuevo gobierno puede seguir en la línea triunfalista del dinero fácil, o asumir el reto de darle al pueblo de Madrid una versión íntegra de su fiesta más arraigada.”
Opinión muy interesante la de William Lyon, pero mucho más importante es que en su artículo marca un camino que hasta ahora pocos periodistas, o ninguno, habían planteado públicamente. La responsabilidad de los políticos en todo lo referente a la Fiesta, puesto que ellos son los responsables últimos de la gestión de las plazas, y la necesidad de contar
“con las asociaciones de aficionados, como ocurre en Francia.”
Coincido en estos dos puntos, y desde hace algún tiempo vengo insistiendo en ello, la Fiesta de los Toros es un patrimonio cultural vivo y como tal hay que tratarlo, y de su conservación tienen responsabilidad directa los encargados políticos que en cada lugar les corresponda; y los aficionados, como consumidores que somos de esta manifestación cultural, y como votantes, tenemos el derecho a ser escuchados, a pedir responsabilidades, y a que nuestra opinión ser tenida en cuenta.
Teóricamente, políticos y aficionados, deberíamos ir juntos en la defensa de la Fiesta frente a los que viven de ella. Teóricamente, ambos deberíamos estar interesados en poner freno al fraude y velar porque se cumplan los reglamentos. Teóricamente, deberíamos de ser los más fieles aliados para conducir el porvenir de la Fiesta hacia el futuro que se merece una tradición tan arraigada en nuestra cultura.
Para esto hace falta compromiso. Compromiso de los políticos, colocando en los puestos de gestión de los asuntos taurinos auténticos aficionados y entendidos, que sin duda los habrá en todos los partidos, con un programa claro y honrado para con la Fiesta de los Toros. Compromiso de los aficionados, buscando la forma de articular una organización conjunta que nos pueda representar en cada plaza, en cada comunidad, y a escala nacional. Compromiso de políticos y aficionados de colaborar a todos los niveles para conseguir que la Fiesta sea íntegra, auténtica y justa, los tres pilares en los que se ha sustentado desde hace más de trescientos años.
Actitudes como la mantenida por la de Comunidad de Madrid en la adjudicación de la plaza de Las Ventas, que al exigir un canon tan excesivo esta pasándose al lado de los que viven de la fiesta, están más cercanas al “toma el dinero y corre” que al compromiso necesario.
Los aficionados, como ciudadanos que somos, debemos denunciar estas situaciones y reclamar que con nuestro patrimonio y nuestras plazas no pueden hacer negocio los políticos, que si ocupan el puesto que ocupan es para defender los intereses de los ciudadanos, y en el caso de los aficionados, para defender la Fiesta de los Toros.

P.D.: William Lyon nació en Nueva York en 1940. Cuando contaba 14 años, en un viaje con sus padres por España, al presenciar una corrida de toros, se despertó en él la afición. Se graduó como periodista el 1962 y se estableció en Madrid trabajando en distintos medios. De 1982 a 1986 perteneció a la redacción de “El País”. En este periódico coincidió con Joaquín Vidal con el que trabó una buena amistad a raíz de su afición a los toros. En 1987 publicó “La pierna del Tato. Historias de Toros”, un libro en donde se recogen una serie de relatos sobre la Fiesta, precisamente fue el añorado Joaquín Vidal quien prologó el libro y en él nos explica la basta cultura taurina y el conocimiento que atesoraba este neoyorkino afincado en
Madrid.

viernes, 15 de junio de 2007

D. José Pereira Palha Branco

Una mirada al pasado para recordar los toros que criaba D. José Pereira Palha Branco, bisabuelo del actual propietario, que llevó las riendas de su ganadería sabiamente y con firmeza durante 66 años (1971-1937) hasta colocarla entre las de leyenda. Nos ilustra este regreso al pasado un par de anécdotas recogidas por D. Antonio Díaz-Cañabate en "EL NUEVO ANECDOTARIO TAURINO":
El vacuno de Palha posee en Madrid la antigüedad de 4 de noviembre de 1883 y tiene procedencia de hembras de Veragua y sementales de Miura. Son características de sus toros la gran alzada, mucho temperamento, enorme poderío y, en fin, las dificultades para la lidia. Los palhas hacían casi siempre sudar las taleguillas. Una tarde, el gran peón de brega Juan Molina, hermano de "Lagartijo", luchó admirablemente con las dos reses que estoqueó su hermano, quien le dijo al terminar:
- Abrígate, Juan, que has sudao mucho y has sido el general de esta batalla.
Y otra tarde, "Currito", hijo de "Cúchares", en una corrida en que la mitad de los toreros pasaban a la enfermería, exclamó:
- Ná, que nos jacen porvo a tós.

jueves, 14 de junio de 2007

Palha y Tomás

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- Hace un cafelito.
- Hace… y además le invito.
- Y a que se debe este dispendio.
- Pues a que estoy contento… y ansioso… ¡Ha visto que novillos!
- De que novillos me habla, don Pepe.
- De los que se van a lidiar el domingo en La Misericordia.
- Este domingo me voy a Barcelona… a ver a Tomás, que vuelve.
- Y ¿cómo es que se va a Barcelona? Si además dicen que están agotadas las entradas y la reventa por las nubes…
- Mi sobrino...
- Cómo que su sobrino ¿Usted tiene sobrinos por todas partes?
- Un hijo de mi hermano, consiguió plaza en un banco y ya lleva…
- Pues se va a perder usted un pedazo de novillada…
- Bueno, bueno, don Pepe, que ya me conozco yo ese paño… muchas expectativas y luego vienen las lamentaciones… que si no han podido los novilleros… que si los picadores… que si faltos de fuerza pero encastados… que si bien presentados pero… Y además, no me irá usted a comparar una novillada con el acontecimiento cumbre de la temporada como es la reaparición del monstruo de Galapagar.
- Ya veremos lo que ve usted en Barcelona, don José. Ya sabe, corrida de expectación…
- Pues, ni más ni menos, al torero que concita la mayor atención de todo el orbe taurino en estos momentos, que se fue estando en las alturas y vuelve desde la gloria de los cielos para el placer de los que sentimos el arte del toreo… y si no… fíjese en la acogida que ha tenido entre los aficionados y no aficionados.
- Yo le recomendaría que se pasase usted por el Rompeolas de la Barceloneta para ver como anda la población de gatos que normalmente habita en ese lugar, si no los encuentra deambulando por allí quizás estén en los chiqueros de la Monumental barcelonesa, porque lo que es toros no creo que salgan por esa puerta…
- Ya se ha pasado usted, don Pepe… Lo suyo es faltar… Es que no tiene término medio… los toros serán los adecuados, de garantías para una ocasión tan especial y tan esperada como la presente…
- Ya me sé yo como son esos toros de garantías, don José… Con los novillos de Palha que saltarán al ruedo de La Misericordia ese mismo día me gustaría ver a Tomás… Ahí si que podríamos comprobar la medida de su arte y de su torería…
- No diga tonterías, don Pepe. Esos no son toros para el lucimiento.
- Y ¿qué toros son para el lucimiento? ¿Los borregos inválidos que nos sueltan cada tarde? ¿El noble, bobo y colaborador? ¿Qué valor y que arte tiene lo que se le pueda hacer a una babosa?... Me aburren...
- Es usted un bruto, don Pepe… y un exagerado. Los toros, como reza el refrán, son como los melones, hasta que no se abren no se sabe su calidad, y unos salen buenos y otros malos, unos bravos y otros mansos, unos se dejan y otros no, y…
- …Y todos sin correas, sin poder, cojos, inválidos, descalabrados, afeitados…
- Déjeme usted terminar y no interrumpa… Cómo le decía, el arte está en saber ver la faena que cada toro tiene y como sacarle el mejor partido, y en eso estamos ante un maestro que...
- Poco partido se le puede sacar a un toro enfermo como no sea cuidarlo para que no se muera antes de tiempo… Me aburre…
- Todo le aburre, don Pepe…
- No señor, todo no me aburre, don José… no me aburre el toro encastado y con poder que acude al caballo con alegría, ni me aburre la suerte de varas bien realizada, tampoco me aburre la lidia ordenada y adecuada a cada momento, ni mucho menos me aburre un torero con saber para dominar las dificultades que el toro presenta… y si a partir de ese momento el dominio se convierte en arte… ni le cuento lo que me aburro.

Las cosas de Olegario "El Ole"

Interesante artículo de Olegario "El Ole" en donde, bajo el título de "Aspectos esenciales para la mejicanización de la fiesta de toros", nos sitúa en la encrucijada en que, según su opinión, se encuentra en la actualidad esta Fiesta nuestra.

martes, 12 de junio de 2007

Novillada de D. Fernando Palha en Zaragoza

Pasen y vean las fotografías de los novillos de D. Fernando Pereira Palha que el próximo domingo, 17 de junio, se lidiaran en la plaza de toros de la Misericordia de Zaragoza, a partir de las cinco y media de la tarde.
Iker Cobo, Bruno Espligares y Miguel Luque forman la terna de novilleros que deberán enfrentarse a ellos. La afición de Zaragoza ya está impaciente y sólo espera que los novillos, los lidiadores y sus cuadrillas estén a la altura de las circunstancias.
Las fotografías están expuestas en la web de "La Cabaña Brava" y sus autores son Emilio y Eladio.

La vuelta de José Tomás

La vuelta de José Tomás puede significar un revulsivo para la fiesta de los toros, eso no cabe duda, pues la noticia de su reaparición ha transcendido mucho más allá de los medios taurinos y ha calado en amplios sectores de la sociedad y, sobre todo, entre intelectuales y artistas que se han pronunciado sobre el acontecimiento y su asistencia al mismo.
Otro de los factores positivos que nos trae la vuelta de José Tomás es que se realiza en Barcelona, ciudad de rica tradición taurina que a principios del siglo XX poseía tres plazas en funcionamiento y una afición muy numerosa, entendida y exigente, y que en la actualidad se debate entre su mantenimiento o prohibición. La plaza se va a llenar, y eso es ya un gran éxito, pero al margen de localismos y declaraciones de intenciones debemos reflexionar sobre este aconteciendo con algo más de profundidad.
Nos dicen los taurinos que a la fiesta le hacen falta revulsivos, toreros que lleven gente a la plaza. Uno de los cauces utilizados en la actualidad es tratar de convertir a torerillos con ciertas cualidades mundanas en personajes mediáticos, asiduos de la prensa rosa y los programas del corazón, que sirvan de gancho para una parte de esa masa de público adicta a estos espacios, sobre todo en las plazas de pueblo, y que más que ir a los toros van por ver a estos personajillos del mundo rosa.
Con la vuelta de José Tomás se pretende abrir otro cauce, ya no es la prensa rosa el vehículo, se pretende interesar al mundo de la cultura, a los artistas e intelectuales. Partiendo de esa base que propicia la concepción del toreo como un arte efímero y eterno, y quizás con el recuerdo de lo que supuso la irrupción de Belmonte entre los intelectuales de su época, se trata de crear un nuevo héroe, una nueva figura que traiga la pasión, y la gente, a los tendidos. Para ello se utilizan otros medios de comunicación más propicios, se elaboran sesudos estudios, profundas entrevistas, fotos muy cuidadas, y pronunciamientos de personajes del mundo de la cultura de reconocido prestigio. La forma de presentar y lanzar el acontecimiento se asemeja a la que se utiliza en el mundo del rock cuando se promocionan las giras de las “vacas sagradas” del negocio musical.
Para la fiesta de los toros, no me cabe duda, el apoyo del mundo de la cultura es bueno. En las épocas en que brillaba con luz propia y era el espectáculo preferido de los españoles tenia el apoyo de numerosos artistas e intelectuales, ellos supieron escribir, pintar o esculpir las páginas e imágenes más bellas de la tauromaquia, y la hicieron trascender de una fiesta popular y nacional en una fiesta artística y mundial. Que los intelectuales de hoy en día vuelvan a interesarse por la fiesta de los toros, en los momentos de crisis por los que atravesamos, puede ser una ayuda y un importante apoyo que no podemos despreciar, sobre todo si en este nuevo acercamiento al planeta de los toros son capaces de comprender que “la música callada del toreo” sólo puede ser audible embargado por la emoción de ver a un toro con poder domeñado por la sutileza del trazo firme de un torero.
No nos engañemos, la crisis por la que atraviesa la fiesta en estos momentos no se arregla ni con toreros de los intelectuales ni del mundo rosa. El único revulsivo es el toro, sólo el toro puede arreglarla, sólo en el toro está la solución. Si no hay en el ruedo un enemigo con poder al que medirse y dominar, no es posible que transcienda la emoción a los tendidos, y sin emoción, ni hay pasión, ni arte, ni nada de nada.

viernes, 8 de junio de 2007

Reunión del 2 de junio

El pasado 2 de junio, en el salón de Actos del Centro Cultural Maestro Alonso, en la calle del mismo nombre de Madrid, tuvo lugar un encuentro de aficionados procedentes de distintas comunidades y países, hubo representación de colectivos de aficionados de Alicante, Ávila, Burgos, Ciudad Real, Colombia, Francia, Holanda, Italia, Madrid, Mérida, Perú, San Sebastián, Segovia y Zaragoza.
Alrededor de la idea que proclama el “Manifiesto de Aficionados por una Fiesta Integra, Auténtica y Justa”, y a lo largo de casi tres horas de reunión, hubo ocasión para escuchar los motivos y razones que han motivado el apoyo a esta iniciativa, propuesta por cuatro colectivos de aficionados y, que a partir de ahora, debe pasar a ser de todos los que hasta el momento la suscriben y se han comprometido con ella.
Esta reunión debe ser el punto de partida de una nueva etapa en la consolidación y difusión del Manifiesto, pero no sólo eso, deben de cuajar en cada ciudad, y alrededor de cada plaza de toros, grupos más amplios de aficionados que se comprometan con la idea, y que conscientes de la problemática de la fiesta en sus lugares, traten de aunar esfuerzos para buscar soluciones, y en esa tarea, los defensores del Manifiesto debemos de ser los que llevemos la iniciativa.
Pongo como ejemplo “La Plataforma de Aficionados de Zaragoza”. A partir de la simple idea de devolver a la Plaza de Toros de Zaragoza el prestigio y la categoría que nunca debió de perder, se unieron varias organizaciones de aficionados para levantar su voz y presentar sus alternativas ante quien correspondiera. Ha sido, y sigue siendo, un trabajo arduo, de estar al quite y al salto de la noticia, de abrir vías de comunicación, de responder a lo negativo, de exigir nuestros derechos, y sobre todo, de aportar alternativas. No se hasta donde llegará su andadura, pero de momento ahí están.
Conseguir un apoyo más o menos para el Manifiesto puede ser relativamente fácil, lo que hay que conseguir, además, es el compromiso, y ese compromiso se consolida con mayor firmeza si las reivindicaciones que se plantean responden a las situaciones concretas de cada lugar, de cada plaza, en base a las peculiaridades propias de cada zona. Ahí es donde radicará la fuerza del Manifiesto, creciendo por la base y con objetivos concretos.
Compartir las experiencias de cada zona, apoyar las iniciativas que se vayan tomando, defender las pequeñas conquistas que se vayan consiguiendo, denunciar las irregularidades que se vayan produciendo, impulsar ideas y alternativas de futuro… todo lo que hagamos en la dirección que apunta la simple idea que sostiene el Manifiesto de Integridad, Autenticidad y Justicia en la Fiesta de los Toros fortalecerá nuestra posición.

jueves, 7 de junio de 2007

Purificación

Aficionado zaragozano purificándose,
a la vuelta de su viaje a Madrid, mediante la quema de la entrada de la corrida de Victorino Martín, celebrada el 2 de junio, al grito de:
“¡¡¡Victorino!!! Dos años sin volver a Las Ventas”

"¡¡¡Ya están los del 7!!!"

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- Se acabaron las vacaciones.
- Cortas se me han hecho.
- La buena vida, don Pepe… la buena vida.
- Y usted que lo diga. Y su sobrina muy maja, don José… y guapa.
- Ya lo creo… y me ha ofrecido su casa para cuando queramos, así que ya lo sabe usted, cuando nos apetezca podemos volver.
- Bueno es saberlo… aunque, tal como están los Toros en Madrid, no se si vuelvo.
- No se quejara usted de los toros don Pepe, han salido como a usted le gustan, aunque yo hubiera preferido…
- No le hablo de los bichos, don José, aunque de eso también podríamos hablar largo y tendido, y no le digo que no lo hagamos más adelante. Yo me refería a la plaza, al público... ¿Cómo les llaman aquí?… ¿Cómo les dicen?…Los “isidros”…
- ¿Cómo qué los “isidros”, don Pepe?
- La gran mayoría del público que llena la plaza, los aficionados de aquí los llaman así. Van en grupos, vociferando y riéndose a carcajadas, pertrechados con su puro en una mano y un güisqui en la otra que van derramando sobre los vecinos de localidad, más pendientes del expendedor de bebidas que de lo que ocurre en el ruedo… y además se creen entendidos…
- Y que mal le hacen a usted… van a los toros a disfrutar… a pasar una buena tarde con los amigos, y si algo les gusta lo aplauden…
- Y lo aplauden todo, sin ningún criterio…y las orejas son el alimento de su razón... y...
- ...Y ya estamos con el criterio y con las orejas, don Pepe. Usted se cree que esto es una ciencia exacta y que para ser aficionado hay que ser licenciado. Pues no… Hay muchos aficionados, como yo, a los que nos gusta pasar un buen rato y no nos preocupamos de todas esa cosas que tanto le obsesionan… vamos a disfrutar…
- Pero es que no se puede ni hablar, si lanzas alguna opinión en voz alta que sea contraria a la opinión general te tratan como a un apestado… no se acuerda usted el otro día…
- Claro que me acuerdo, don Pepe… pero es que en Madrid tienen que aguantar mucho. Están esos del “7” que se creen…
- ¿Los del “7”?… Los buenos aficionados, que sin duda los hay entre el público que llena la plaza de Las Ventas, no están sólo en el “7”, están en el “7” y en otros tendidos, repartidos por otras localidades, pero en cuanto se oye alguna protesta, venga del tendido que venga, y sin preocuparse del objeto de la misma, se escucha una única cantinela, con tono despectivo, entre los vecinos de localidad… “¡¡¡Ya están los del 7!!!”… Se ha convertido en una frase hecha descalificadora…
- La afición de Madrid, a veces, se pasa...
- No se si se pasa o no porque no estamos aquí para saberlo, durante estos días que hemos estado nosotros no lo han hecho, pero sí le quiero decir a usted que la plaza de Las Ventas tiene un prestigio que debe mantener, y que nunca se debe convertir en una plaza de verbena. No se olvide que es la primera plaza del mundo y que un triunfo en esta plaza siempre ha valido mucho, y sí se rige por el criterio de los “isidros” van a convertirse en premios de calderilla…
- No se pase usted, don Pepe… ¿Y de los toros que me dice?
- De los toros ya hablaremos otro día, don José.

Soliloquio

Soliloquio a voz en grito de un espectador, armado en ambas manos con puro y güisqui, ante la risa contenida y las miradas cómplices de los que lo circundábamos en la grada del cuatro de la plaza de Las Ventas, y no se si con la complacencia o la vergüenza de sus amigos, durante una de las faenas de no se que día:
“Vamos, vamos, vaaamos… así, así… vale, corta ya, vale, vaaaale… fuera, fuera… Venga, venga… ahora… así, así… bieeeeeen … cuida, cuida… fueraaaaa… vale, vale… uff… Despacio… bien… así, venga, otro más, así… bien… otro…fuera, vete ya, vete ya… Así no… cuidaaaa… qué así noooo… fuera, fuera…vale...vaaaale… A matar, vamos a matar… así no lo matas, que así nooooo… Ya te lo decía yo… al revés, así no… al revés…bah… Así, así... así sí… tomaaaa…los ves… ya te lo decía yo…¡Eh Chaval!, aquí, aquí… un güisqui… ¿Qué queréis tomar vosotros…”

martes, 5 de junio de 2007

La oración del torero

“Virgencita mía. Líbrame de los toros bravos…”
Situaciones como la ocurrida entre Rabosillo y Sánchez Vara traen a mi memoria este dibujo de D. José María Cruz Ruiz, porque siendo verdad que un toro bravo lleva consigo el triunfo anhelado por cualquier torero, también lleva junto a su bravura el fracaso más absoluto para el torero que no sepa realizar la lidia adecuada para estos toros.
D. José María Cruz Ruiz es aficionado, dibujante y veterinario. Durante años ha ejercido las funciones de su profesión en la Plaza de Toros de La Misericordia de Zaragoza.

RABOSILLO

Rabosillo -negro bragado, falso girón- de la ganadería de Palha, nacido en febrero del 2003, marcado con el número 941 y con 543 kilos de peso, se lidió en primer lugar el pasado 31 de mayo de 2007 en la Plaza de Las Ventas de Madrid. Su lidia y muerte le correspondió al matador de toros Sánchez Vara y fue picado por Juan Gutier Román.
Salió codicioso y remató en tablas, embistió con clase y largura en los primeros capotazos por ambos pitones. En el primer encuentro con los montados empujó con fuerza y fijeza en una larga vara al final de la cuál derribó -hay quién dice que si tropezó el caballo- y salió suelto. En la segunda vara lo colocaron más allá del tercio y se arrancó al galope hacia la montura, una ovación atronadora acompaño su embestida, las veintitantas mil almas que poblaban el graderío de las Ventas se habían puesto de acuerdo en una milésima de segundo, el picador, atento, colocó una buena vara, la ovación fue unánime. Cuando nos disponíamos a saborear una tercera vara de apoteosis, el presidente, D. Julio Martínez Moreno, incomprensiblemente, cambio el tercio y nos cortó el rollo a todos; al matador, que no se lo había pedido; al picador, que seguramente, y si le hubiera acompañado la suerte, podía haber puesto la mejor vara de la feria; al público, que estábamos frotándonos los ojos por lo que habíamos visto y expectantes por el espectáculo que sin duda se nos avecinaba; y al toro, que se hubiera consagrado como el toro de la feria sin discusión alguna, porque es seguro que se hubiera arrancado al caballo desde el centro del ruedo, o desde donde lo hubieran puesto, tal y como venía demostrando desde su salida al ruedo y corroboró después a lo largo de toda su lidia. Podía haber sido algo maravilloso, el espectáculo de veintitantas mil personas incorporándose a la vez de sus asientos impulsados por el resorte de la casta de un toro, podía haber sido algo grandioso.
¡Qué tercera vara nos perdimos por su culpa, D. Julio!
¡Qué espectáculo nos escamoteo!
¡Vaya desgracia la nuestra!
En la muleta fue pronto y noble, de embestidas largas y continuadas, sin dar respiro al matador, el cual se vio desbordado y a merced del toro en todo momento. Fue boyante y claro - haciendo el “avión”- por ambos pitones. Era el toro ideal, el que sueñan los toreros, el que puede consagrar y encumbrar a su matador a lo más alto del escalafón.
Sánchez Vara no estuvo a la altura de las circunstancias.
¡Qué pena más grande!
Rabosillo fue despedido con una ovación cerrada y unánime en el arrastre. Si esa tercera vara que tanto echamos de menos hubiese sido ejecutada, quizás hubiéramos tenido que escribir en este lugar que Rabosillo fue premiado con la vuelta al ruedo, y que su nombre pasaba a los anales de los grandes toros lidiados en Las Ventas.
¡Vaya tercera vara que nos perdimos, D. Julio!