“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala

viernes, 24 de diciembre de 2010

DON PEPE Y DON JOSÉ SE ENCUENTRAN POR NAVIDAD

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- ¿Cómo le va? ¡Es usted caro de ver! No nos vemos desde la Feria.
- Pues vamos tirando.
- ¿Nada más que tirando? Esta usted parco en palabras.
- ¿Y qué quiere que le diga?
- Pues ya que estamos en Navidad , y para no perder la costumbre, vamos a tomarnos unos vinitos y charlamos un poco de toros, de lo pasado y de lo por venir. 
- Sea… Pero no crea que tengo muchas ganas de hablar de toros…
- ¡No me diga! ¿Qué usted no tiene ganas de hablar de toros?... 
- Es la verdad… Estoy decepcionado, don José. La pasada temporada ha sido de las más vergonzosas y desalentadoras desde hace mucho tiempo en nuestra Plaza de “La Misericordia”. Y no sólo eso, en el resto de España, con Madrid a la cabeza, las cosas han ido por la misma senda, hacia el precipicio. Pero lo grave del asunto, y los profesionales parece que no quieren enterarse, es que cada vez va menos gente a los toros, los aficionados se alejan aburridos de la farsa en que se ha convertido el noble arte de la lidia, y los espectadores se aburren de la pantomima y cada vez acuden menos a las plazas. Y por si eso fuera poco…
- Menos mal que no tenia muchas ganas de hablar de toros de toros, don Pepe, porque si no le corto no para usted 
- Así están las cosas, don José.
- En parte, y en el fondo de la cuestión, estoy de acuerdo con usted. Peor no ha podido ser la Feria del Pilar de Zaragoza de este año, y en el resto del estado las cosas han ido como aquí, de mal en peor, pero algún detalle ha quedado para la historia. 
- Detalles… Solo detalles y algún que otro toro destacable. En cuanto a la torería andante, salvando los "detalles" que usted dice, y lo de Juan Mora en el otoño madrileño, más de lo mismo, vulgaridad, miseria, incapacidad e impotencia.
- Alguna cosa más podríamos destacar, ¿no le parece? No sea usted tan rácano. La temporada de “El Juli” ha sido de mandón, siendo de los pocos que, asumiendo su responsabilidad de figura, compareció incluso en nuestra Feria, cosa que suelen evitar con excusas varias otros. La temporada del hijo del “fino torero alicantino”, J. M. Manzanares, también ha sido importante. Los “pellizcos” de Morante. “El Cid” ha resucitado y, por supuesto, Juan Mora que, como el homónimo histórico del anterior, ha ganado su última batalla cuando muchos lo daban por muerto. 
- El gran problema de la mayoría de los toreros modernos, don José, es su desconocimiento de lo que es la lidia. Si el toro no es de “carril”, como se decía antiguamente, ya no saben que hacer, y más si el toro conserva algo de la casta brava que se le supone, se ven desbordados. Ello conlleva que muchos toros que tendrían su lidia si el torero fuera diestro en esa técnica se vayan al desolladero sin torear, y es una pena cuando eso sucede con los toros de las que, malintencionadamente, los taurinos llaman “ganaderías duras”, tan solo porque están regidas por ganaderos comprometidos con su oficio de criar toros que embistan y no se atienen a sus requerimientos fraudulentos.
- Pero no me negará que hay toros que son imposibles y si, como dice usted, don Pepe, los toreros de ahora se han acomodado a una forma de torear más plástica, aunque menos dominadora, es normal que eso ocurra… 
- Pues si, ya que salen pocos toros con interés, se desperdician los que salen… apañados vamos. Cada vez se van más toros sin torear entre excusas banales de los profesionales y el silencio cómplice de los que controlan la información taurina que, en vez de contar la verdad y aleccionar con su críticas a los aficionados y espectadores interesados en esta noble Fiesta, se dedican a “marear la perdiz” y justificar lo injustificable.
- No sea tan negativo, don Pepe. 
- Mire usted, don José, lo que ha mantenido viva esta Fiesta de los Toros desde hace siglos ha sido la emoción, y la emoción se fabrica entre un toro con poder que pelea y un torero con conocimientos que le puede. En la actualidad la mayoría de los toros, en vez de peleadores, son colaboradores, y eso no emociona a nadie, por más plasticidad y pinturería que aporten los toreros, eso aburre porque siempre es lo mismo. Si el riesgo y el peligro de la pelea entre toro y torero no trasciende a los tendidos no se produce la emoción y el espectáculo de los toros se desploma sin remedio. Pero cuando hay un toro con poder y ganas de pelea en el ruedo, y un torero le planta cara, la chispa de la emoción se enciende y, como un reguero de pólvora, se extiende de inmediato desde la Barrera hasta la última fila de la Andanada. Y no le digo nada si encima torea… Eso, la emoción, que es el principal valor de esta Fiesta nuestra de los Toros, y la magia del toreo puro, que es lo que hace que se te grabe una faena en la memoria, son cada vez más escasas en las plazas de toros y con su desaparición se desmorona…
- Ya, ya ya…¡Y decía que no quería usted hablar de toros, don Pepe! Ande, que me está largando una letanía que ni en la “Misa del Gallo” que, por cierto, se celebra esta misma noche. 
- Pues que nos saquen otro vino para celebrarlo.
- Sea… Y unas gambitas de Huelva. 
- No es mala la sugerencia, don José. Se aprueba ¡Camarero!
- ¿Y qué me dice de los avances informativos de la Empresa para la temporada zaragozana del 2011? Parece ser que este año se lo quieren tomar con más interés. 
- Ya veremos.
- Escueta y lacónica es su respuesta, pero esta vez dicen que van en serio y que ya tienen reseñados toros para el Pilar y… 
- ¡Que digan misa! Yo hasta que no lo vea no me lo creo. Mucho tienen que cambiar las cosas para recobrar la ilusión de acudir a “La Misericordia”, don José. Además el problema ya no es esta Empresa u otra, el problema es la fiesta en sí, el sistema que la controla, los que manejan los hilos y quitan o ponen toreros y ganaderías a su antojo, los políticos que consienten, la mafia que la maneja…
- Pare ya, don Pepe, pare usted… Déjese de amarguras y vamos ha degustar estas gambitas tranquilamente. 
- Pues era usted el que quería que habláramos de toros, don José.
- Ya ha largado usted bastante. Ahora lo que le voy a proponer, en un día tan señalado como este, es un brindis por nosotros, por nuestras familias y amigos, y por todos los aficionados que no siguen en este Blog que mantenemos a medias. 
- No me parece mala idea. Alcemos nuestras copas y brindemos por todo eso que usted ha dicho, don José,  a la vez que les deseamos unas Felices Fiestas a todos ellos…
- … Y que el 2011 sea un buen año en lo taurino. 
- ¡Ojala! aunque eso ya lo veo más negro, don José, pero no está de más desearlo. Lo que si deseo de verdad es que el 2011 nos traiga salud y algo de ánimo para no decaer, y que el próximo año, tal día como hoy, volvamos a encontrarnos para tomar unos vinicos, unas tapas y hablar de toros.
- Así lo deseo yo también, don Pepe. 
- Pues eso… ¡Pa’dentro!