“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala

miércoles, 30 de mayo de 2007

Emoción

La emoción es el único ingrediente que puede levantar la Fiesta de los Toros. Si en vez de emoción cunde el aburrimiento entre los espectadores, la Fiesta pierde toda su grandeza y se convierte en un espectáculo plomizo.
Pero la emoción la trae el toro, si no hay un toro con poder en el ruedo, y un torero que quiera poderle y torearlo, la emoción nunca se puede dar, porque no se dan los ingredientes necesarios para que se produzca. La conjunción de un toro con poder y un torero con poderío son imprescindibles para que brote la emoción y se adueñe de la voluntad de todos los espectadores.
Ayer, en la corrida de Dolores Aguirre, ocurrió eso, se produjo esa conjunción y Rafaelillo prendió esa mecha que consiguió fijar la atención de los veintitantos mil espectadores que llenábamos la plaza de Las Ventas.
Era el quinto toro, tenía poder y tendía a mansear buscando las tablas, Rafaelillo tomó la muleta y no dudó ni un momento, en la raya del tercio citó al toro, le bajo la mano y lo llevó hasta el final, la plaza estalló en un "óle" y fijó la atención en lo que estaba empezando a suceder en el ruedo. La emoción se había adueñado de las veintitantas mil almas que llenábamos el recinto de golpe, y todas las miradas enfocaban un mismo punto, el que formaban un morlaco de "cuidao" y un TORERO de pequeño tamaño, pero de gran corazón que se estaba jugando la vida.
Fueron tres o cuatro tandas por la derecha entre el "¡uy!" y el "óle". Lo intentó por la izquierda y casi le arranca la cabeza. Falló con la espada y dio una vuelta al ruedo clamorosa con petición de otra. La emoción que inundó la plaza de Las Ventas hizo olvidar los cuatro toros anteriores y las sonrisas volvieron a la cara de los espectadores de un plumazo, el plomo de la tarde se había convertido en una ráfaga de aire fresco.

La diferencia

La diferencia entre la novillada de Bucaré en Zaragoza, 27 de mayo, y la de la Quinta en Madrid, 28 de mayo, estribó en que en la segunda hubo un novillero que sabía lo que tenía entre manos.
Eran novillos primos hermanos, con la misma edad, tres años y medio, y con dificultades parecidas, la de Zaragoza mejor presentada, más en tipo de lo que tenía que ser, la de Madrid más desigual, y en ambas hubo novillos para torear. En Zaragoza fueron aplaudidos los seis de salida, y cuatro de ellos en el arrastre, en la de Madrid, tres fueron aplaudidos en su viaje hacia el desolladero.
De la novillada de Bucaré en Zaragoza salí con un sabor agridulce, con la sensación de que algo más se podía haber hecho, de la de la Quinta en Madrid, con la idea clara de que, efectivamente, algo más se podía haber hecho en la de Zaragoza que hubiera corregido ese sabor agridulce.
La diferencia es que en la de Madrid, un novillero, José María Lázaro, salio dispuesto y sabiendo como tratar a los novillos a los que se tenía que enfrentar. Desde el primer momento en que cogió la muleta sabía que si algo quería conseguir debía de torear por bajo, y ya en el primer muletazo obligó tanto al novillo que lo tiró al suelo. A partir de ese momento, por la derecha, lo toreo con la mano baja y dejándole la muleta puesta para poder ligar el siguiente muletazo, y así consiguió varias tandas ligadas y emocionantes. Intentó torearlo por la izquierda y el novillo le puso los pitones por dos veces en el cuello, pero tuvo la suficiente clarividencia para, con el recurso de un afarolado, cambiarse al toro de mano y darle el pase de pecho por la derecha. Después de ese incidente volvió a la mano derecha y consiguió otro par de tandas aceptables. El novillo estaba toreado y la afición contenta, luego falló con la espada y el triunfo fue menor. En el sexto, que manseaba y tendía a irse hacia chiqueros, consiguió volver a meterlo en la muleta y ligar varias buenas tandas de muletazos, a este lo mató mejor y consiguió una oreja. En mi opinión, una oreja a los puntos.
La diferencia estuvo en que Zaragoza ninguno de los tres novilleros supo como meter mano a la novillada, a ninguno se le ocurrió bajarles la mano, y ninguno de los tres pudieron con ellos y fueron desarbolados, y eso me produjo ese sabor agridulce que todavía me dura.
P.D.: El lunes me llegó la noticia que el tercer novillero, Javier Rojas, de la terna de la novillada de Bucaré en Zaragoza, al que se le fue vivo el novillo con el que debutaba como novillero con picadores, se había cortado la coleta esa misma tarde.
No creo que toda la culpa fuera suya, se le vieron detalles, se llevó al primer novillo a los medios con pases por bajo y dominadores, tuvo un par de trincherazos de nota, y ... no supo como seguir, esta verde con el estoque, como cualquier novillero que empieza, dejo media estocada, el novillo se echó y lo levanto el puntillero, durante cinco minutos estuvieron caminando al hilo de las tablas novillero, subalternos y novillo sin que nadie se molestara en sacarle el estoque para volver a realizar la suerte, y... sonó el tercer aviso.
A un novillero que empieza hay que ayudarle a resolver los problemas, y la novillada de Bucaré los tenía, y más para un principiante.

lunes, 28 de mayo de 2007

Encuentro de Aficionados

El próximo sábado día 2 de Junio, a partir de las 11 horas, tendrá lugar un Encuentro de Aficionados que apoyan, o están interesados en hacerlo, el “Manifiesto de Aficionados por una Fiesta íntegra, auténtica y justa”.
La reunión tendrá lugar en el Salón de Actos del Centro Cultural Maestro Alonso, situado en la c/ Maestro Alonso, nº 6. (Muy cerca de la plaza de Toros. Frente al bar Los Timbales)
Puede ser un buen momento para empezar a consolidar un principio de unidad entre las distintas organizaciones que apoyan esta iniciativa y plantearse retos de futuro. En la actualidad más de una treintena de organizaciones de aficionados de España y Francia, y un buen puñado de aficionados a título individual, apoyan esta iniciativa.
La voz de los Aficionados debe de tener un hueco para expresar sus opiniones sobre los temas que afectan seriamente a la pervivencia de una manifestación tan arraigada en nuestra cultura popular. La Fiesta de los Toros -como la llamaba don Francisco de Goya y Lucientes- no sólo debe de mantenerse como un espectáculo de masas, sino también, como un patrimonio cultural, y para seguir cumpliendo este doble objetivo debe seguir desarrollándose por los cauces de la autenticidad, porque como ocurre como con las obras de arte, tiene valor lo auténtico, no la falsificación.
Son muchos los campos en los que podemos aportar nuestros conocimientos los aficionados, y no deberían de ser desaprovechados por quién corresponda, pero por nuestra parte, todavía tenemos que encontrar una fórmula que nos organice, y ser capaces de articular nuestras ideas y plantearlas positivamente.
También deberíamos esperar que por partes de las administraciones públicas, y esto facilitaría mucho las cosas, se acogiera esta iniciativa positivamente, en el fondo deberíamos tener el mismo objetivo, y se nos apoyara y exigiera colaboración, tendríamos que ser sus principales aliados para construir un futuro de integridad y justicia para la Fiesta de los Toros. Ojala que así fuera.
De momento es un primer encuentro de aficionados para hablar de sus cosas, algo es algo. Si estás por la labor acude y participa.

¡¡¡A Madrid!!!

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- ¡Este año nos vamos, a los toros, a Madrid!
- Quién pudiera…y con quién se va usted…
- Con usted, don Pepe… vamos… si quiere…
- ¿Cómo qué conmigo? Yo no tengo conocidos en Madrid.
- Pero yo tengo una sobrina que vive junto a la plaza, este invierno la vi en una fiesta familiar y sabiendo de mi afición me ofreció su casa, además es aficionada y no se pierde una, hasta me dijo que para evitarme líos me sacaría las entradas…
- ¿Pero qué vamos a hacer un par de vejestorios como usted y yo en Madrid en casa de su sobrina? Solo vamos a molestar, con los achaques, las pastillas…
- Venga… venga… don Pepe, que es una semanita…y me ha dicho que no me preocupe, que la casa es grande y ni nos vamos a ver, ella sale por la mañana a trabajar y no vuelve hasta por la noche.
- Pues si no es molestia… vamos… me voy con usted.
- Claro, don Pepe, lo vamos a pasar en grande… además este año está siendo una feria triunfal…
- Tanto como triunfal… no diría yo tanto…
- No me diga que no… si todos los días están cortando las orejas… ni sé cuantas puertas grandes van ya…
- Pero es que ha habido cada oreja, don José… y cada puerta grande… que ni en la verbena.
- No se olvide, don Pepe, que la primera oreja la concede el público con su petición mayoritaria, y el público es soberano y…
- Y la mayoría de ese público soberano no se preocupa, ni de que el ganado ande por los suelos todos los días… ni de que muchos de los ¿toros? que se lidian estén en el límite de la edad… ni de que los toreros, en vez de “cuidarse” de los toros, tengan que “cuidarlos” para que no se les mueran antes de largarnos “su faena”…
- Pero de eso no tienen la culpa ni los toreros ni el público, don Pepe… si la “cabaña brava” esta por los suelos que le vamos a hacer… mucha culpa de que los toros se caigan la tiene ese público de Madrid que solo quiere el toro gordo, fuera de tipo…
- No diga tontadas, don José… ese público lo único que pide es el toro íntegro y con la edad reglamentaria. Si se cumplen esos requisitos, el toro ni estará gordo ni fuera de tipo… ¿Qué menos se puede pedir? Y si de eso se ocuparan los presidentes en los corrales, en cumplimientos de sus obligaciones, muchos menos toros impresentables e inválidos saltarían al ruedo…
- Esta semana que vamos nosotros dicen que es la “torista”. ¿Ya veremos lo que sale por los chiqueros?
- Ya veremos… pero por lo pronto en el paseíllo, “figuras” parece que no vamos a ver muchas, igual eso es una garantía de que al menos vemos toros…
- Pero es sabido que con esos toros poco lucimiento se puede conseguir, y las “figuras” no necesitan ese tipo de esfuerzos para…
- Pero esos toros si que pueden provocar la emoción en los tendidos y ese es el alimento principal de un aficionado. Las “figuras” pueden traernos su refinada ejecución de las suertes, pero la emoción la pone el toro, como dice esa chapita que lucen algunos aficionados en su solapa, “sin toro nada tiene importancia”, y esa es la pura verdad, don José. Lo peor que puede pasar en una plaza de toros es que te aburras, cosa que ocurre con demasiada frecuencia, y eso es porque la emoción brilla por su ausencia.
- Pero no sólo de toros esta hecha esta fiesta, hay toros porque hay toreros dispuesto a torearlos, y hay toros que no se pueden torear.
- De acuerdo don José, de acuerdo… pero hay toros con los que, dándoles una lidia adecuada, y una vez dominados, se pueden alcanzar las cotas más sublimes de este arte, y entonces se detiene el tiempo, se paran los relojes…
- No se vaya por las ramas don Pepe… que esas “cotas tan sublimes” que usted dice se producen muchas tardes en muchos ruedos… hoy se torea mejor que nunca y a veces somos muy exigentes…
- No me ira a comparar un triunfito con un novillejo o torito inválido, cosa que ocurre todas las tardes en cualquier plaza, con la grandeza de hacerlo ante un toro con todas las barbas… esto es otra cosa, y no ocurre todas las tardes… es algo excepcional… el espectáculo más grande del mundo…
- Bájese, bájese de la nube don Pepe… mañana nos vamos a Madrid… y a ver si tenemos suerte.
- Eso es lo que hace falta, suerte.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Plataforma de Aficionados de Zaragoza

Actualmente la mayoría de las plazas de toros son de titularidad pública, dependiendo de cada comunidad o ciudad, son unos u otros -ayuntamientos o diputaciones- los que tienen la obligación de ocuparse de ellas, y por lo tanto son, en última instancia, los responsables de lo que ocurre en un edificio que es de su propiedad y que fue creado para dar corridas de toros.
Los aficionados, en estos tiempos en los que nos ha tocado vivir, tenemos tres formas de hacer oír nuestra voz; una que ha existido desde que las corridas de toros existen y que debemos seguir manteniendo a capa y espada, como es la de manifestar nuestra opinión en la plaza; otra que nos viene dada por los adelantos técnicos de esta época y que muchos aficionados ya utilizamos, como es la de crear páginas de opinión en Internet, e incluso la edición de publicaciones impresas; y una tercera, que debemos de conquistar, como es el derecho a entablar un contacto directo, como consumidores que somos, con los responsables políticos y administrativos encargados de administrar la fiesta de los toros en cada ciudad o comunidad.
En esta tercera vía es en donde se centra el trabajo de la Plataforma de Aficionados de Zaragoza, abrir un canal de comunicación con la Diputación Provincial de Zaragoza, que es la titular de la Plaza de la Misericordia, y por lo tanto, última responsable de su gestión; y si la coyuntura lo permite, abrir otra línea de contacto con los empresarios de turno para que sepan, de primera mano, los planteamientos y anhelos de los aficionados a los que representan.
En estos momentos en los que la Fiesta de los Toros se ha convertido en un “mercado persa” y campan por sus respetos los que están más interesados en el negocio que en su futuro, seria conveniente estar al tanto de los “tejemanejes” que taurinos y políticos se llevan entre manos en corrales y despachos, y disponer de un espacio orgánico en donde exponer nuestras opiniones en temas en los que debemos de tener competencia los aficionados, como lo es: la presencia del toro íntegro en la plaza; todo lo relativo a los pliegos de condiciones y la supervisión de su cumplimiento; y en la exigencia de que se cumpla el Reglamento que en cada comunidad este en vigor con absoluta rigurosidad.
Los aficionados necesitamos que nuestra voz sea escuchada por los que dirigen nuestra Fiesta, nadie mejor que nosotros para saber como se pueden corregir los desvaríos en los que esta sumida, tampoco necesitamos un acuerdo absoluto sobre cómo debería ser, eso sería otro desvarío, solamente debemos de estar de acuerdo en un punto, en que se cumplan las condiciones para que, por si sola, renazca con todo su esplendor, y esto sólo se puede conseguir con toros íntegros en la plaza que transmitan la emoción a los tendidos.
La Plataforma de Aficionados de Zaragoza lo está intentando, desde hace un par de años esta tratando de que la voz de los aficionados esté en los despachos, no sé si se conseguirá mucho o poco, pero el simple hecho de intentarlo ya merece la pena, y quizás, sea un ejemplo a seguir.

Paco Apaolaza

A Paco Apaolaza lo conocí durante la Feria del Pilar del 97. Después de la corrida, unos cuantos aficionados, entre los que me encontraba, habíamos quedado con Paco y con Javier Villán para tomar unos vinos, hablar de toros y darles nuestro Fanzine. Fue una tarde-noche agradable, el tiempo estaba bueno y pudimos alargar la charla en una terraza hasta bien entrada la madrugada.
Para nosotros fue una conversación reconfortante, eran dos de los periodistas de referencia, de los que podías fiarte, porque los avalaba una trayectoria irreprochable de independencia y compromiso, y cada día, con sus crónicas lo demostraban. Además en aquellos años no estaban solos, los acompañaban en la labor de la crítica taurina firmas tan importantes e independientes como Joaquín Vidal, Alfonso Navalón, Mariví Romero o Vicente Zabala. Cada uno analizaba los festejos desde su óptica, y entre las opiniones de todos, los aficionados podíamos hacernos una idea muy cercana la verdad.
Desde siempre he pensado que los periodistas taurinos son imprescindibles para la Fiesta de los Toros porque crean opinión, su visión de la corrida se convierte en una lección, pero para poder ejercer este magisterio, primero, y antes que periodista, hay que ser aficionado, y Paco, Alfonso, Vicente y Joaquín, lo eran.
La Feria del Pilar se acabó, el invierno pasó, y con la primavera llegó la mala noticia desde Sevilla.
Como homenaje, en “El Aficionado” nº 8, correspondiente al mes de Octubre de 1998, un año después de habernos conocido, publicamos íntegramente su última crónica. Hoy, desde este espacio, y coincidiendo con la presentación de la Vª edición de premio periodistico taurino que lleva su nombre, quiero brindarle mi particular homenaje a su recuerdo y vuelvo a sentir la necesidad de que las últimas palabras escritas por Paco Apaolaza desde la Real Maestranza de Sevilla cobren vida de nuevo. Ahí van.

"Roncando y sin manta"
Sevilla - Jueves, 23 de Abril de 1998.

"Cuarta de Feria. Dos tercios de entrada. La corrida comenzó con tres cuartos de hora de retraso debido a la lluvia y al estado del ruedo, que tuvo que ser acondicionado, y terminó pasadas las 21,30 horas. Presidencia desapercibida. Perdonó avisos en la primera parte.

Cinco toros de José Luís Pereda, desigualmente presentados, bajos de raza, de movilidad y de emoción. La mayoría rajados y cortos en sus embestidas. Un sobrero de Gavira, lidiado en cuarto lugar, justo de presentación, con hechuras y rajado. Todos dieron la sensación de trámite, tanto en el caballo como en la muleta.

David Luguillano: Corta desprendida. Saludos. Estocada. Saludos.
Manuel Díaz “El Cordobés”: Pinchazo, aviso y estocada. Silencio. Estocada. Saludos.
Víctor Puerto: Tres pinchazos. Silencio. Estocada. Silencio.
La luz se encendió en el tercero.

Nos movemos a veces duros, expectantes, densos; silencios premonitorios de chispazos geniales de toreo. Ese es el tópico. Lo que pocas veces había pasado era que la Maestranza roncara. Sí, sí, roncar. Grrr, grrr, grrr. Ah, y sin manta. Al final es todo cuestión de actitudes. De actitudes de los mismos toros, pobrecillos, que no saben lo que están haciendo con ellos y vagan por el ruedo como si no tuvieran otra misión que dejar el palmito, y eso muy poco, porque bien se cuidan de que salgan perfectamente medidos.
La corrida de ayer fue absolutamente lamentable y condenar a esta maravilla de plaza al ronquido es un pecado que quizá en esa noche cerrada en que terminó el paripé de corrida de toros se haya olvidado. Al final nadie sabía ya si tenía que ir a cenar, si tenía que pedir un café con leche con churros o un chocolate con calentitos porque todo era absolutamente igual.
David Luguillano por ejemplo adoptó el gesto torero, adoptó la postura pero todo fue inútil a pesar de que no desentonó con esos dos animales a los que llaman toros y que, de verdad, el día que salga uno embistiendo, corriendo y al que haya que dominar, esto va a ser la debacle.
El Cordobés quiso ponerse también en lo serio, en lo templado pero con semejante morucherío y con la muleta retrasada poco o nada se puede parir toreramente. En todo caso, dejar que los espectadores sigan roncando (grrr, grrr) e implorando con la mirada una manta para sobrellevar la crisis.
En el último toro pareció que Víctor Puerto, después de brindar al doctor Ramón Vila iba a despertar al personal que miraba los focos de la plaza encendidos pensando que, quizá, en la fría noche podría repetirse lo de Morante de La Puebla del día anterior. Mala cosa. Quizá no fue culpa de nadie. Este espectáculo, esta corrida de toros, nunca debió celebrarse. Si a mí me dicen que en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla iba a oír roncar jamás lo hubiera creído. A partir de ahora seré más crédulo.”

Paco Apaolaza.

Averia

Una avería en la linea telefónica ha dejado este blog en vía muerta, el pasado viernes, cuando me disponía a colgar un escrito dedicado al periodista Paco Apaolaza, aprovechando que ese día se presentaba, en el Aula Taurina de la Plaza de Las Ventas, la Vª edición del premio periodístico taurino que lleva su nombre, me quede sin poder hacerlo, ha día de hoy la avería continúa, recurro ha otro ordenador y otra linea, y aunque con retraso en la próxima entrada va el referido y particular homenaje a Paco Apaolaza.
.

viernes, 18 de mayo de 2007

Dinastías

- Hola don Pepe.
- Hola don José. ¿Cómo andamos?
- Fenomenal, me siento rejuvenecido don Pepe, como con cuarenta años menos.
- Pues no vaya muy rápido don José, por que la ciática…
- Que no le habló de eso don Pepe, me siento rejuvenecido anímicamente, como si viviera una época pasada.
- ¿Y eso a qué se debe, si puede saberse, don José?
- Pues a los nombres de los toreros que funcionan en estos momentos don Pepe. Escuche usted: Ángel Teruel, Palomo Linares, el Capea, Manzanares, Benítez… No le recuerdan otros tiempos.
- Si, claro que me suenan… ¿Y…?
- Cómo qué ¿Y...? ¿No le dicen nada esos nombres? ¿No le parece cómo si la “máquina del tiempo” nos hubiera transportado cuarenta años atrás? Tengo la ilusión por las nubes... las grandes tardes que nos hicieron pasar sus padres... ¿Pero no se acuerda usted?
- Sí, sí... ya me acuerdo de las “babosas” que mataban... fue a partir de esos años cuando esto de los toros entro en “picao”, sin remedio…
- ¿Cómo qué babosas? ¿Cómo qué en “picao”? No empiece, no empiece usted… aquella fue una época gloriosa... y espero que los hijos sigan la estela de los padres… y los superen... son Toreros de Dinastía, no lo olvide…
- Y eso es lo malo….
- ¿Y por qué eso es malo? Sus padres saben mejor que nadie como se manejan los hilos del toreo, no en vano ellos han estado muchos años a la cabeza del escalafón, conocen a empresarios, ganaderos, periodistas que seguro que están dispuestos a echarle una mano.
- Y eso es todavía peor don José, porque en vez de enseñarles los secretos de la lidia, que es la base sobre la que se sustenta la torería, les enseñan la pinturería, el andar garboso, el arabesco, el truco y la chirigota… porque tiene la esperanza de que sus hijos no vean un toro íntegro en su vida, y….
- Pero no siga diciendo tontadas don Pepe… esos “niños” vendrán bien aprendidos, o dejaría usted a un hijo suyo conducir un coche sin saber… y si tienen el valor de sus padres serán capaces de hacerle frente a cualquier bicho que salga por los chiqueros…
- Ya veremos lo que sale por los chiqueros, don José, porque los toreros de dinastía, como usted los llama, suelen venir muy “cuidaditos” y con mucha propaganda desde que empiezan. Si el ganado es del que los taurinos llaman “de garantías”, ya podemos ponernos a temblar… ya me conozco yo esas garantías… Pero no seré yo el que les niegue el triunfo si es ante un toro de verdad, y desarrollan los conocimientos que usted les atribuye por el simple hecho de ser toreros de dinastía… y si eso ocurre, yo seré el primero que me ponga de pie y les diga… ¡¡¡ óle !!!

jueves, 17 de mayo de 2007

La Puerta Grande

Ayer llegó la polémica con la Puerta Grande de Madrid, y la polémica debió de ser tal porque hasta los apologistas más acérrimos del taurinismo lo reseñan, un premio como la Puerta Grande de Madrid no se puede regalar, y si eso ocurre, las campañas de propaganda que pueden hacerse a partir de ese triunfo pierden valor.
Al igual que los aficionados pensamos que la emoción que produce la lidia de un toro de verdad es lo que puede enganchar a los espectadores y aficionarles a esta Fiesta, los taurinos piensan que los triunfos son su "bálsamo de Fierabrás" y por consiguiente el enganche perfecto para llegar a nuevos consumidores.
Pero para desarrollar su estrategia necesitan que en las plazas importantes, las que marcan el curso de la temporada, como lo son Sevilla y Madrid, se consigan triunfos incontestables que les permita defender su campaña de propaganda con cierta solvencia.
La Puerta Grande de ayer no les sirve, demasiado ruido y mucho descontento. Con lo bien que se dieron las cosas en Sevilla, triunfos apoteósicos y hasta unánimes, como en el caso de "El Cid" con el toro de Victorino. Quizás con tanta propaganda de la apoteosis sevillana se ha creado demasiada ansiedad entre los "isidros" madrileños y ayer se desbocaron, y Madrid, al menos durante la feria, debe de guardar las composturas, de un triunfo de verdad en Madrid se pueden sacar "pingües" beneficios.
Quizás los que más perdieron ayer fueron la Puerta Grande de Madrid, que vio rebajada su categoría como premio máximo, y, paradójicamente, el triunfador, pues para unos fue un triunfo menor que sirve de poco, y para otros un escarnio.

Mi abuelo Bernardino

Mi abuelo Bernardino era del “Bomba”, este nombre era el que con más admiración citaba cuando hablaba de los toreros de su época, lo que no pudiera “el Bomba” no lo podía nadie. Seguramente ese fuera el primer nombre de torero que quedo impregnado en mi subconsciente, porque las primeras informaciones sobre el mundo de los toros de las que me acuerdo se asocian a él.
Mi abuelo Bernardino tuvo que nacer hacia mitad de la década de los ochenta del siglo XIX, cuando “Lagartijo” y Frascuelo estaban al final de su carrera, y sus primeros contactos con la fiesta debieron de ser en la época de esplendor del “Bomba" y presumia de haberlo visto torear. Junto a este nombre iban grabándose en mi subconsciente taurino otros nombres legendarios de los que hablaba continuamente: “Lagartijo”, “Frascuelo”, “Machaquito”, “el Guerra”, Vicente Pastor, “el Gallo”, “Joselito”, Belmonte
Recuerdo vagamente que mi abuelo Bernardino una vez me llevó al cine del pueblo para ver una vieja película de toros en blanco y negro, creo que se trababa de un documental titulado “La edad de oro del toreo”, con posterioridad este documental ha sido publicado en vídeo, emitido por televisión varias veces y desde hace algún tiempo lo tengo en mi poder, cuando lo veo, y hace poco volví a hacerlo, me acuerdo de mi abuelo. Seguramente fue la primera vez que vi imágenes animadas de toros. En aquellas película salían imágenes de todos los nombres que repetía mi abuelo con más admiración y que a mi ya me resultaban familiares.
Mi abuelo Bernardino se debía de parecer mucho a aquellos legendarios aficionados de los que nos hablan las crónicas antiguas, aquellos que sí tenían que vender el colchón para ver a Joselito y Belmonte, lo vendían… No puedo afirmar que esto lo hiciera mi abuelo, pero mi tía Fran, hija suya, con más de noventa años, y poco antes de su muerte, me decía hablando de él con un tono de ironía:
… ¿tu abuelo?… tú no conocías a tu abuelo…
Mi abuelo Bernardino estaba suscrito al “Dígame”, todas las semanas recibía “el papel”, como el lo llamaba, se ponía "los anteojos" y lo iba leyendo atentamente, miraba las abundantes fotografías que traía la revista, como por rutina se humedecía el pulgar cuando tenia que pasar las páginas e iba comentando las noticias y las fotos en voz alta. Esa era la época en que pasaba las vacaciones de verano en el pueblo -yo estaba en esa etapa de transición entre la niñez y la adolescencia- y pasaba muchos ratos con mi abuelo, y además una forma de entretenerse era ver las fotos de la revista y leer las noticias juntos. Seguíamos el escalafón, la corrida de Madrid, las ferias y la multitud de pequeñas reseñas que informaban de los festejos celebrados en pueblos y ciudades, pero para mi lo más impresionante del “Dígame” eran las fotos, enormes, de página entera e incluso de dos páginas, de toreros triunfantes cargados de trofeos y faenas históricas.
Mi abuelo Bernardino, en esa época, era de “el Viti”, el le llamaba “el Veti”, no había otro torero como “el Veti”. De la generación anterior hablaba con entusiasmo de de Luís Miguel, y remontándose en los tiempos tenia en mucha estima a Ortega y Marcial. En la competencia más famosa que se ha dado entre toreros, poco antes del año veinte, y que dividió al país en dos, mi abuelo era de Joselito”, sin duda, lo atestiguan la cantidad de referencias a su grandeza y poderío mientras repasábamos las noticias del “Dígame” a mitad de la década de los sesenta del pasado siglo XX.
El Olimpo taurino de mi abuelo Bernardino estaba formado por: “Lagartijo” y Frascuelo en el centro, “el Bomba” a su derecha y Joselito a su izquierda.

P.D.: Los orígenes de mi afición a los toros están aquí, en estos recuerdos que he ido desempolvando entre las nebulosas de la memoria. A mi abuelo Bernardino le debo, más que a nadie, el gusanillo de la afición. A él le toco vivir "la edad de oro" en todo su esplendor, y a mi esta "edad de plomo" que nos consume. Cosas de la vida. Vaya este pequeño recuerdo en su honor.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Gracias

Agradezco públicamente a los Blogs de Taurofilia y Toroprensa el que hayan incluido este modestísimo blog de "don Pepe y don José" en su "Blogosfera Taurina", es un honor y seguro que me servirá de acicate.
Pero mi agradecimiento va más allá porque, además, son un ejemplo a seguir y una referencia para los aficionados dispuestos a crear en Internet espacios dignos y comprometidos con la Fiesta de los Toros. Ellos lo demuestran con la acción diaria en sus blog, muchos otros lo vienen haciendo desde sus propios espacios, y muchos más tenemos que arrimar el hombro en esta tarea por si todavía le queda un soplo de esperanza ha esta Fiesta que tanto amamos.
Trataré de aportar mi granito de arena y no defraudaros.
Gracias.

Pena de Juan y José

Tal día como hoy hace 87 años murió en la Plaza de Talavera de la Reina el príncipe de los toreros, José Gómez Ortega, "Joselito". Desde entonces, en todas las plazas que albergan festejos en este día se guarda un minuto de silencio en su memoria. Desde este espacio me sumo a esta celebración y rindo mi homenaje en su recuerdo de una forma distinta, en vez de silencio quiero poner música, una bonita creación de Juanito Valderrama que evoca la competencia entre Joselito y Belmonte. Fueron, sin duda, los momentos más brillantes de la historia de la Tauromaquia. Desde ese fatídico 16 de mayo de 1920 el rumbo de la Fiesta de los Toros cambio para siempre.



Pena de Juan y José
Solano - Martínez - Remis
-
Quién inventará la copla
que eche al aire aquel recuerdo.
Quién la cantara una noche
en voz baja, como un rezo.

Que mujer se pondrá triste,
que hombre se ha de sentir viejo,
y quién abrirá la jaula
de los pájaros del tiempo.

Tarde de toros y sol,
parece que lo estoy viendo,
Joselito y Juan Belmonte
con seis, con seis de Pablo Romero.

Si un día me quedo ciego,
mis ojos quisieran ver
aquel gran tercio de quites
que hicieron Juan y José.

Para asistir a la fiesta,
vino un aire marismeño
y se escucho en el tendío
la pro, la profecía del viento.

“Tú José tendrás la muerte
Que sueña siempre un torero.
Y tú Juan tendrás el vino
Que beben los caballeros”.


En José será podía,
Y en Juan será, ya no puedo,
Pero tendrán igual pena
Uno vivo y otro muerto

Quien inventará la copla
Que eche al aire aquel recuerdo


martes, 15 de mayo de 2007

Aficionado

Aficionado zaragozano "arrobao" por la emoción del juego de los toros en el Coso de La Misericordia en una plácida tarde de mayo

lunes, 14 de mayo de 2007

"con estos toros no se puede torear"

Si en la arena se corre un encierro que despierta el interés del aficionado por el juego que desarrolla durante su lidia... sale raudo el batallón de apologistas del "toreo moderno", que copan los medios de comunicación, y nos bombardean machaconamente con una sola idea:
"con estos toros no se puede torear".
Por un día en que el aficionado sale contento porque ha podido ver toros de verdad y degustar el veneno de la emoción, y se le apretujan las palabras para comentar sus puntos de vista en las tertulias y reuniones que se prodigan a la salida de la plaza... salen los "voceros del taurinismo" y nos martillean con su unánime monserga:
"con estos toros no se puede torear".
Cuando esperamos escuchar de tan "doctas voces" el análisis pormenorizado del juego de los toros y la lidia que se les ha dado, y escudriñar sobre la infinidad de detalles que nos deja el comportamieno de un toro encastado en la plaza... nos encontramos con una huelga de opinión y la unanimidad abrumadora en la proclamación de la consigna:
"con estos toros nos se puede torear".
No les interesa que se hable de la emoción, ni de la lidia, ni de los toros... y mucho menos de que a partir de esos mimbres podamos construir un cesto lleno de ilusiones sobre la verdad de la Fiesta. Cuando sale el toro de verdad "su fiesta" se derrumba, por eso no les interesa su difusión, es lo contrario de lo que pretenden, estos "profesionales del periodismo taurino" son "propagandistas profesionales" y ponen su pluma al servicio del mejor postor.
Con esos toros sí se puede torear, pero para eso hay que saber y querer, y con toros de esos se hace presente la emoción en el ruedo y adquiere importancia todo lo que sucede en el mismo, entonces si que tiene auténtica importancia, y cuando eso ocurre ya no tiene tanta importancia si se conceden más o menos trofeos, pero podemos estar seguros que la "corte mediática" volverá a la carga con su slogan:
"con estos toros no se puede torear".
Por una vez les voy a dar la razón, los toreros de hoy en día no pueden torear con estos toros... porque no saben...
o ¿por qué no quieren?
Cuando el aburrimiento vuelva a apoderarse de los tendidos de Las Ventas en los próximos dias seria interesante preguntar a los espectadores sobre la tarde de la que más se acuerdan.
P.D.: Un recuerdo se ha hecho hueco en mi mente mientras iba juntando estas letras. Con todo mi respeto y admiración:
"Don Joaquín Vidal... ¡Que solos nos dejó usted!"

don Pepe y don José en el Cibercafé

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- ¿Cómo hemos pasado el invierno? Hacia mucho que no lo veía.
- Pues tranquilamente, en el club, con los nietos…
- Yo si que he disfrutado con los nietos este invierno, me han enseñado a navegar por el ciberespacio. ¿Sabe usted lo que es el ciberespacio?
- El qué…
- El ciberespacio don Pepe, Internet…
- Pues no tengo ni idea… como no me lo explique usted.
- Pues mire, desde un ordenador tenemos acceso a multitud de portales y páginas web. Cientos, miles, millones de páginas en donde poder encontrar todo tipo de información sobre los asuntos más variopintos, yo paso buenos ratos navegando…
- Pero que palabrejas más raras pronuncia usted, no entiendo ni papa…
- Es muy fácil, ya lo verá… mire, aquí al lado hay un cibercafé…
- Un ciber qué…
- Un cibercafé… un cibercafé es un local donde tienen ordenadores conectados a red y mientras uno se toma un cafelito de máquina puede navegar…
- Navegar, red… parece que venga usted de la playa.
- De la playa dice… ¡Hay que estar al día don Pepe! Vamos a entrar y verá como lo entiende en un periquete, en cuanto vea como funciona se le aclararan todas las dudas.
- Vamos… vamos pues.
- Todo se maneja con el ratón… no me mire así… el ratón este aparato que tengo en la mano y mediante clip nos pone en contacto con el mundo virtual.
- ¡Ah!
- Mire por donde, ayer visite una página que seguro que le gusta, vamos a buscarlo y verá. Aquí esta… “La Cabaña Brava”. Estos son de los suyos, siempre…
- Pare, pare… que es lo que dice ahí… espere que me ponga las gafas… “nada tiene importancia si no hay toro”… ¡Si señor¡ tienen toda la razón del mundo…
- Ya le decía que estos eran de los suyos, siempre con lo mismo, que si el toro, los encastes, la suerte de varas… siempre con la misma monserga, solo saben protestar, nada les gusta, no sé ni para que vienen a la plaza, no saben apreciar el arte que destila el toreo bueno.
- ¡Pero que toreo bueno ni que ocho cuartos! Esa es la pura verdad. ¿Usted llama toreo bueno a toda esa serie de monerías que se le realizan a esa una piltrafa de toro amaestrado? Eso es pura pantomima, y para esos espectáculos existen otros escenarios.
- Vamos a buscar un portal que me encanta, ahí si que se trata a los toreros con el respeto que se merecen, porque sin las grandes figuras esta fiesta no sería nada, y se habla de las ferias, del toro artista… de las ganaderías que sirven para triunfar… ya lo vera usted… se llama “mundotoro”…
- Deje, deje… déjeme el ratón que quiero ver lo que dice en este artículo… “manifiesto de aficionados por una fiesta íntegra, auténtica y justa”… parece interesante… y tienen razón. Y este otro habla de….
- ¡Vale don Pepe! Déjeme el ratón que le voy a enseñar la página que le he comentado…
- Espere un poco, vamos a ver estas fotos… son de la novillada del próximo domingo… Mire, mire. ¡Vaya novillos! Si dan miedo hasta en la tele. Esperemos que den juego.
- En la tele dice. La pantalla donde vemos la información se llama monitor… Pero venga don Pepe, no sea abusón… déjeme el ratón…
- Ya, ya… ahora se lo dejo… pero antes vamos a entrar en esta…
- ¿Pero es qué siempre se tiene que salir con la suya?... ¡el ratón!…
- Un momentico don José… espere… espere un poco…