“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala

viernes, 18 de marzo de 2011

LA CONTRADICCIÓN DE LOS “FIGURAS DEL TOREO”

Cuando los “figuras del toreo” se lamentan de su mala suerte al final de una faena arruinada por la falta de toro, y piden animales que se muevan para poder realizar su toreo, caen en una profunda contracción pues, ya que eligen las corridas que torean en cada feria, tienen la oportunidad de apuntarse a las que se mueven, y seguro que “ellos” y sus “veedores” saben perfectamente cuales son las ganaderías que se mueven y están en buen momento, sin embargo, invariablemente se apuntan a las que se paran. No es cosa de mala suerte ni nada parecido, ellos son los que imponen los toros y luego no valen lamentaciones.

Esto viene a cuento porque ayer, en la mayoría de la prensa escrita y la blogosfera taurina, se hablaba de cómo fueron desaprovechados, en Valencia, los toros de Fuente Ymbro por la terna de turno, toreros que, sin menosprecio alguno, podemos catalogar como de segunda fila. No pudieron con una corrida que ofreció claras posibilidades de triunfo a los tres y ninguno supo aprovecharlo. Fue una gran pena para todos -aficionados, espectadores y televidentes- que lo presenciaron, para los toreros en liza y para la Fiesta en general. Pero esto no nos puede coger por sorpresa porque, desde hace unos cuantos años, los toros de Fuente Ymbro no los quieren ni ver los “figuras del toreo”, como ha denunciado una y otra vez el ganadero en los medios de comunicación. Es una realidad palpable que para confeccionar los carteles en donde se anuncia esta ganadería hay problemas -por la negativa de la “torería andante” ha ponerse frente a ellos- para cerrarlos. Y no es que los toros de Fuente Ymbro sean “fieras corrupias”, pues provienen del mismo encaste ganadero que la casi la totalidad de la cabaña brava española actual, pero se mueven, y cuando el toro se mueve, no hay más remedio que torear y, a veces, jugársela. Ese es el problema ganaderías como esta, o la de Alcurrucén, que están siendo arrinconadas injustamente en el apartado de “toristas”, y ya sabemos lo que eso significa, por los “taurinos profesionales” y los medios de comunicación a su servicio.

Los que están arriba, los “figuras del toreo”, los que tendrían que tirar del carro por la simple razón de que son los que se llevan la mayor parte del pastel, quieren la comodidad, y eso se traduce en la actualidad -como se ha podido comprobar en la corrida de Núñez del Cuvillo que siguió a la de Fuente Ymbro en las Fallas del 2011- en que el toro sea “agradable” de cara, “bonito” de hechuras, y que se mueva lo mínimo, lentamente, de forma cansina, con esa embestida bobalicona, con alma de carretón, que lucen los pocos toros “boyantes” que les salen a los figuras de ahora para desarrollar su tauromaquia. Pero esos son los menos porque, la mayoría de las veces, esa masa de carne semoviente que es el toro actual, se derrumba en los primeros compases de la faena y da al traste con cualquier posibilidad de lucimiento por más “figura” que sea el que se ponga delante. Luego vienen las lamentaciones, las excusas y la justificación de lo injustificable. La labor de los diestros, en los días buenos, que son pocos, se resume en pequeños detalles, pues en esta época nos ha tocado vivir la “tauromaquia del detalle”, no hay para más, y el publico, los aficionados y los televidentes, con razón, se aburren de tan escaso contenido.

Pero así los “figuras del toreo” viven cómodamente y, por lo visto en este comienzo de temporada, así pretender seguir viviendo, exprimiendo la gallina de los huevos de oro de la Fiesta o lo que quede de ella. A fin de cuentas, es mejor excusarse echándole la culpa al animal -no lo debemos olvidar, impuesto por ellos mismos- que dar cuenta de un fracaso ante un toro que te ha pedido los papeles de torero y no los tienes. Por mejores condiciones que demostraron los “fuenteymbros” para el triunfo, ninguno de los toreros que han estado con los “cuvillos” hubieran cambiado su puesto, ni siquiera el que decía que para hacer su toreo necesitaba un toro que se moviera. Esa es la gran contradicción de la Fiesta de ahora y de siempre. No en vano, de ahí viene ese viejo refrán taurino que, a día de hoy, sigue cumpliéndose a rajatabla: “cuando hay toreros no hay toros, y cuando hay toros no hay toreros”. La crisis de la Fiesta la pueden resolver los “figuras del toreo” si resuelven esta contradicción: los mejores toros con los mejores toreros. Me temo que no vaya a ser así y esto durará hasta que tenga que durar porque -como ya escribí en otra entrada de este Blog que un año después sigue teniendo la misma vigencia-, por razones de comodidad o de incapacidad, la autentica crisis de la Fiesta es “la crisis de los toreros”.

viernes, 11 de marzo de 2011

LOS MANDAMIENTOS DE LAS CORRIDAS DE TOROS

Comienza la temporada grande española, la temporada de la plazas de primera. Valencia y su Feria de Fallas abre el fuego, el 12 de marzo, con un cartel de tronío en el día que se "reinaugura", después de su remodelación, su plaza de toros. Los aficionados ya andan ansiosos de ver toros y toreros, la muestra es los muchos que se desplazaron con la esperanza de ver torear a "Morante" en el espacio multiusos de "Vista Alegre", también conocido como el "Palacio de la Cabras", y dicen que lo vieron torear, pero también dicen que los toros eran "cabras". Es una plaza de segunda, dicen los "profesionales del toro" y sus voceros... Lo cierto es que estamos a comienzo de la temporada 2011 y los aficionados ya tenemos ganas de ver toros pero, por lo que apunta en la pretemporada, me temo que lo que van a ofrecernos "la gente del toro" para el 2011 es más de los mismo: poco toro, el mínimo que se pueda, monotonía en el toreo, como lo muestra el aburrido y previsible repertorio de lances de los que se compone la lidia del toro en la actualidad y derroche de triunfalismo. Pensando en estas cosas me ha venido a la memoria un artículo que, el 16 de junio de 1955,  publicó en ABC don Gregorio Corrochano con el título de "MANDAMIENTOS DE LAS CORRIDAS DE TOROS". Me parece oportuno volver a sacar este documento a la luz y que cada uno extraiga sus conclusiones:

"Por las amplias puertas de la plaza va entrando la muchedumbre, que luego, en los pasillos, se dispersa en corrientes precipitadas en busca de los asientos. Las bocas de los tendidos parecen un manantial humano. Antes que los toreros, pisan el ruedo los encargados de retirar unos anuncios, que están caídos en la arena y que no sé si alguien lee. No es éste un decorado muy artístico y entonado, pero debe ser un alivio económico para la pobre empresa de Madrid. La música toca un pasodoble torero y salen las cuadrillas.

Levanta esa cara, muchacho, no mires tristemente al suelo, que hay muchas mujeres en la plaza que han venido para verte. Un poquito más de garbo en ese andar cansino. Que no parezca que eres torero a la fuerza. No las entristezcas, que traen ramos de flores para ti, y alguna, más torera o más atrevida, te echará al ruedo un zapato como una zapatilla de torear, que está muy de moda. Anda con ese andar alegre y juvenil de pasodoble. Sale el toro. El que quiera ver bien una corrida, que no pierda de vista al toro. Donde está el toro, está la corrida. Que no se distraiga por mirar a un torero. Siguiendo al toro, ya se encontrará con el torero. Fíjate cómo corre el peón el toro, porque no es lo mismo que el peón corra al toro, que el toro corra al peón. Cuando éste se mete precipitadamente en el burladero, y no le da tiempo a esconder el capote, el toro se estrella en el burladero y se lastima, es que el toro corre al peón. No le aplaudas los recortes. Cuanto más bravo es el toro, cuanto más fuerte se arranca, más daño sufre en los cuartos traseros, principalmente, con el recorte que le obliga a frenar y cambiar rápidamente de dirección. Sabed, que estos recortes están prohibidos y multados en ese reglamento que no se cumple. No incurras en aplaudir lo que está sancionado. Si los recortes se multaran, y se publicaran las multas como se publican otras, el que aplaude se daría cuenta de que su afición también ha incurrido en multa.

Cuando el picador barrena y mete el palo, aparta la vista del picador y mira al matador, que tiene un capote de brega y un turno para entrar al quite. (Entrar, ir a sacar al toro, ir a quitar al toro del picador, no esperar a que salga el toro cuando pueda del enredo del peto sin salida). No le pidas al picador que saque el palo. El picador, ni puede, ni debe sacar el palo. Es su defensa y la del caballo. Si saca el palo en el centro de la suerte, le estrella el toro. Aunque este picando muy mal no puede sacar el palo. Es como si a un torero, porque está toreando mal, se le obligara a tirar el capote. Las suertes del toreo son buenas o malas, pero no admiten enmienda hasta que terminan. Lo que tiene que hacer el matador es precipitar el quite. Si quieres bien al toro, no te conformes con verle en dos puyazos de muerte, sino en varios puyazos de castigo.

Si un matador entra en su quite, y el toro le pasa, y otro entretiene el suyo en no torear, es que éste no sabe torear de capa; quítale puntos. Si abusa en el quite del capote a la espalda, sigue desconfiando de que sepa torear.

No pidáis que banderilleen los matadores. No saben ni los que parece que saben. ¿Quiebra alguno un par en los medios, como hacían antes los matadores para diferenciarse de sus banderilleros? No; lo que hacen es cuartear más o menos espectacularmente, sin cuadrar ni parar en la cabeza del toro. Todo rápido, precipitado, confuso. No interesa. Prefiero al “Vito” y “Almensilla”.

La distancia de la muleta al toro, no hay que medirla antes del pase, sino en el centro del pase y después del pase. Antes del pase, el terreno depende de la bravura, de los pies y del estado del toro por el exceso o la falta de castigo. Se puede citar distanciado o muy cerca, del toro depende más que del torero; en la lidia de hoy depende del picador. Ni tan distante que el toro no acuda al cite, ni tan cerca que no se pueda adelantar la muleta, que es como se deben empezar los pases para ser completos. Cada toro tiene su sitio, como cada torero. Lo que hay que mirar son los pies del torero en el centro del pase cuando se está pasando al toro, la distancia a que le pasa, y la distancia a que se lo deja o remata el pase. Esa distancia, despegada o ceñida, y la quietud de pies en ese instante es lo verdaderamente importante del pase; más, mucho más que la distancia a que se coloca para dar el pase. Porque la quietud y la distancia en el centro de la suerte revelan que el toro va muy bien toreado, a su temple, muy embarcado en la muleta, que el que manda es el torero. El pase hay que rematarle, sin dejarse enganchar la muleta –temple- y llevarle, hasta dejarle a una distancia, que el torero no tenga que irse, ni dar un salto atrás, para ligar la faena sin interrupción, sin que pueda servir de pretexto salirse para saludar. Ya saludará después.

El toreo debe fluir con naturalidad, sin violencias y espontáneamente. Todo lo preparado es artificioso, incluso los pases de pecho, que no deben porfiarse, sino ligarlos en los remates naturales, como una consecuencia, que es lo que son. Los pases obligados de pecho, que es lo contrario de los preparados, porque supone pararse y echarse por delante un toro, con serenidad, sin enmendarse, cuando se le revuelve para cogerle. Estos fueron siempre los pases más destacados. Si esto decimos de los pases preparados de pecho, que aunque preparados tienen calidad, ¿qué diremos de esos pases que se preparan retorciéndose, y se amplían echando el brazo a las ancas del toro, como en un coleo, que acaban en el pase del “tío vivo”?

En los mandamientos de la estocada, no queremos entrar, hasta que un premio Nobel de Medicina descubra el tratamiento de la enfermedad del estoque de madera, y los matadores, ya curados, puedan practicarla, sin las deficiencias que hay que achacar a la lesión de una mano".

lunes, 7 de marzo de 2011

VERGONZOSO

Desde hace unos días circula por Internet un vídeo en donde una persona que se identifica como Ignacio Zorita amenaza a un espectador en la Plaza de Toros de Zaragoza en el transcurso de un festejo. La grabación corresponde a una de las novilladas de promoción que se celebraron antes del comienzo de la pasada Feria del Pilar. Por lo que se deduce de la conversación, el que se identifica como Ignacio Zorita, gerente de la Plaza de la Misericordia, estaba molesto con lo que el espectador interpelado había escrito en algún blog, portal o foro de la Red en relación con su persona. Así justifica su presencia en la localidad de este espectador y, a partir de ahí, se dedica a coaccionarlo y amenazarlo durante 10 minutos de la forma que se puede escuchar en el vídeo que se adjunta al final de esta entrada.

Yo no sé los insultos que le habrá dedicado el espectador amenazado al sr. Zorita porque no sigo lo que escribe en ninguno de los espacios en que lo hace. Lo conozco y hace tiempo leí algunas cosas escritas por él y, ni como estoy de acuerdo en lo que dice, ni en como lo dice, no invierto tiempo en eso. Pero, por muy graves que sean las ofensas, no se puede amenazar de esa forma a nadie, hay otra forma de proceder y resarcirse si uno se considera agraviado. Una persona que gestiona un negocio abierto al público como la Plaza de Toros de Zaragoza, y más tratándose de un espacio de titularidad pública, pues no hay que olvidar que pertenece a la Diputación Provincial, no puede actuar de esa manera por más indignado que se sienta de lo que, con razón o sin ella, dicen de él. Si por el calibre de los insultos es preciso tomar medidas, es este un país en el que existen otros medios y otros cauces para hacerlo, pero nunca rebajarse a utilizar estas formas que -como decía un amigo cuando ayer escuchábamos el vídeo-, son más propias de “portero de discoteca”. Por más graves que hayan podido ser los insultos que llevaron al sr. Zorita a hacer lo que hizo y decir lo que dijo, como se puede escuchar en el vídeo a partir del minuto 3 y 40 segundos aproximadamente, quedan empequeñecidos ante la gravedad de su acción de respuesta y del contenido de la misma.

Nota: Al poco de publicar esta entrada, el vídeo al que se refiere ha sido retirado de la circulación.


Final Novilladas sin picar  3 10 10 Zaragoza
Cargado por aimar8zgz.


Nota 2: El vídeo circuló de nuevo un par de días y volvió a ser censurado.


Untitled from jaimeoiz on Vimeo.