“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala

miércoles, 8 de octubre de 2014

TENER O NO TENER... TEMPLE

No cabe duda de que el indulto de un novillo en una plaza de primera como la de Zaragoza es una noticia de primer orden, y eso es lo que ha ocurrido en "La Misericordia" esta misma tarde con el 3º de la tarde, el novillo "Quejoso", de la ganadería de "Los Maños", pero el objeto principal de este artículo va destinado al novillero al que le ha tocado en suerte, VAREA -así con mayusculas-, un torero de Castellón que, si la suerte le acompaña, puede marcar época. Y digo esto porque el muchacho tiene en sus muñecas y en su cabeza el don del temple. Lo demostró en su dos novillos, pues a los dos -el indultado y al de la jota- los cuajó.

El temple es una cualidad que se tiene o no se tiene. Es algo que no se puede aprender. El que no lo tiene, por más valor que tenga y más tiempo que dedique a perfeccionar la técnica del toreo, nunca lo podrá tener. Podrá ser un torero más o menos eficaz, que cumpla con sus toros de manera más digna o más vistosa y que, incluso, en un día inspirado, pueda cuajar un toro, o que un toro determinado que se adapte a sus condiciones le pueda servir para conseguir un triunfo grande.

En cambio, el que posee el don del temple, tiene en su poder la llave que le puede abrir todas las puertas del toreo y mantenerse por largo tiempo en los puestos altos del escalafón. Eso le proporcionara la capacidad de entender muchos de los toros que le toquen en suerte y -como vulgarmente se dice en el argot taurino- meterlos en la canasta que, en definitiva, es lo que cuenta. Puede ser un torero más artista o más bregador, pero al tener en su poder la capacidad de doblegar a más toros y hacerlos que embistan al son que les marque, tiene mucho terreno ganado. Esa es la gran diferencia de tener o no tener temple.

Hoy, en Zaragoza, he tenido la suerte de ver uno de esos torero, VAREA -así con mayúsculas- con temple. Desde el primer momento lo ha dejado claro, y desde el primer momento ha captado la atención del público, de todo el público de la plaza que, como no podía ser de otra forma, se ha puesto de su parte. Es lo que tiene la magía del temple, que engancha tanto al aficionado como al espectador. Y así ha sido en sus dos novillos, en el indultado, que lo ha dormido en la muleta, y en el sexto que, cuando no quería,  lo ha hecho pasar por la izquierda las suficientes veces para demostrarle quién era el que mandaba en el ruedo. Es lo que tiene el temple, que sirve para dominar, condición necesaria para que se pueda producir el arte del toreo. Es un novillero nuevo al que habrá que seguir en otras plazas y con otros novillos, veremos... pero los que lo vieron en Castellón con dos de "Prieto de la Cal" de distinta condición y dificultad me han dicho que en esa ocasión también estuvo a la altura. Lo dicho... veremos.

La novillada de "Los Maños" ha sido buena, de notable alto, con cuatro ejemplares para hablar y hacer conjeturas sobre ellos, que es lo que nos gusta a los aficionados. De los dos más destacados me ha gustado más el 4º, con más codicia... que el indultado, más dócil y con la suerte de haber caido en las manos de un novillero, VAREA -así con mayúscula-, que atesora el don del temple en sus muñecas y en su cabeza, aunque los dos han sido bravos y han ido al caballo de lejos y con alegría. Personalmente hubiera preferido que, en vez de volver a la finca, el 3º hubiera acompañado a sus hermanos al desolladero pero, tal como esta la cosa en estos momentos, en donde el triunfalismo desatado parece ser la panacea de la Fiesta, no me preocupa para nada, es más, me alegro que los beneficiarios de este indulto sean unos ganaderos honrrados y comprometidos con un encaste repudiado por el taurinismo y que, además, son de la tierra. Ojala les sirva de algo.