A veces los aficionados nos creamos demasiadas expectativas, guiados por el deseo de ver realizados nuestros sueños, nos dejamos llevar por la imaginación y construimos un mundo artificial basado en los datos históricos que poseemos y en la leyenda. Huérfanos como estamos en estos tiempos de acontecimientos que alimenten nuestra afición, tenemos que refugiarnos en nuestro mundo interior y ahí vamos fabricando nuestra verdad, una verdad a la medida de nuestro deseo. Introducimos en la coctelera de nuestra cabeza los datos que nos suministran libros y reatas y creamos toros imaginarios que reúnen las características ideales de cada encaste. Durante días, y meses, alimentamos la esperanza de contemplar un acontecimiento inigualable y acudimos a la plaza ilusionados por un deseo que nos ciega.
Las expectativas creadas con la novillada de don Fernando Pereira Palha en Zaragoza eran grandes, venían avaladas por las fotografías de los novillos expuestas en la web de “La Cabaña Brava” y en carteles publicitarios hechos para la ocasión por la empresa. Los que vieron el reconocimiento por la mañana confirmaron estas expectativas, novillada desigual pero muy bien presentada, con la edad reglamentaria y sin un gramo de grasa, defensas desarrolladas y astifinas, luciendo una variedad de capas propias de su encaste. El sueño continua.
Pero cuando el toro salta al ruedo y la realidad que conlleva se hace presente de golpe, el sueño termina, ya no sirven datos ni leyendas, a partir de ese momento lo que cuenta son los hechos, el comportamiento en los diferentes tercios de la lidia, las reacciones ante los diferentes estímulos que se le ofrezcan y la forma de morir.
De los seis novillos-toros de don Fernando que han saltado al ruedo de la Misericordia, cinco han presentado un trapío impresionante, y tres de ellos lucían, además, unas arboladuras para quitar el hipo, recordaban antiguas láminas de “La Lidia”, parecía como si nos hubiéramos introducido en el túnel del tiempo y apareciéramos en la época de Lagartijo y Frascuelo, pero la realidad nos ha vuelto a despertar, el poder que nos cuentan que tenían aquellos toros legendarios no era el de estos novillos, quizá ha sido el denominador común de la novillada, falta de poder.
Primero y sexto han empujado en el caballo, el segundo era un inválido, y a pesar de esa invalidez ha presentado batalla, el resto han salido sueltos. El quinto se ha parado en la muleta. Primero, cuarto y sexto han ofrecido posibilidades de lucimiento, sobre todo el último que embestía con nobleza y recorrido por ambos pitones. No ha sido una buena novillada, incluso, desde la óptica del toreo moderno, podríamos decir que ha sido mala, pero ha tenido interés, el interés de lo desconocido, porque eran novillos distintos y requerían de una lidia diferente a la habitual. Quizá el público que acude a las plazas, e incluso los aficionados, no estemos preparados para entender estos toros y la lidia que necesitan, quizá sean los novillos-toros que hoy han saltado al ruedo de la Misericordia los que han viajado en el túnel del tiempo hasta nuestra época.
Los novilleros y sus cuadrillas, a los que reconozco el mérito de anunciarse con una novillada que nadie quería torear, han estado a la deriva toda la tarde, los novillos han impuesto su ley en todo momento, y no es que hayan mostrado excesivo peligro en su comportamiento, incluso alguno ha demostrado nobleza, pero nadie, ninguno de los que toreros que intervenían en el festejo, a sabido imponer su ley y los novillos han andado a sus anchas. Puede que haya sido el “miedo escénico” producido por el trapío del ganado, o porque ya venían predispuestos por la leyenda de la ganadería, o porque no sabían cómo meterles mano... por lo que sea... lo cierto es que han andado a la deriva toda la tarde. ¿Qué hubiera pasado si las cosas se hubieran hecho de otra forma? Eso ya nunca lo podremos saber.
A la salida, división de opiniones entre la afición. A unos les ha parecido una moruchada; a otros interesante, con un comportamiento consecuente con su encaste; había quien destacaba su excelente presentación, mientras que otros se quejaban de lo contrario; a unos les traían a la memoria los toros de antaño y a otros le recordaban los de un famoso bodeguero; mientras que unos pedían que no vuelvan los toros de don Fernando Pereira Palha a Zaragoza por una larga temporada, otros se lamentaban de que eso pudiera ocurrir… División de opiniones, que es la salsa que le da sabor a esta Fiesta. Cuando salimos de la novillada de hace quince días, que no recuerdo, ni quiero recordar, de quién era, todos estábamos de acuerdo, ahí se acabo el tema y cayó en el olvido. De esta, seguiremos hablando.
Las expectativas creadas con la novillada de don Fernando Pereira Palha en Zaragoza eran grandes, venían avaladas por las fotografías de los novillos expuestas en la web de “La Cabaña Brava” y en carteles publicitarios hechos para la ocasión por la empresa. Los que vieron el reconocimiento por la mañana confirmaron estas expectativas, novillada desigual pero muy bien presentada, con la edad reglamentaria y sin un gramo de grasa, defensas desarrolladas y astifinas, luciendo una variedad de capas propias de su encaste. El sueño continua.
Pero cuando el toro salta al ruedo y la realidad que conlleva se hace presente de golpe, el sueño termina, ya no sirven datos ni leyendas, a partir de ese momento lo que cuenta son los hechos, el comportamiento en los diferentes tercios de la lidia, las reacciones ante los diferentes estímulos que se le ofrezcan y la forma de morir.
De los seis novillos-toros de don Fernando que han saltado al ruedo de la Misericordia, cinco han presentado un trapío impresionante, y tres de ellos lucían, además, unas arboladuras para quitar el hipo, recordaban antiguas láminas de “La Lidia”, parecía como si nos hubiéramos introducido en el túnel del tiempo y apareciéramos en la época de Lagartijo y Frascuelo, pero la realidad nos ha vuelto a despertar, el poder que nos cuentan que tenían aquellos toros legendarios no era el de estos novillos, quizá ha sido el denominador común de la novillada, falta de poder.
Primero y sexto han empujado en el caballo, el segundo era un inválido, y a pesar de esa invalidez ha presentado batalla, el resto han salido sueltos. El quinto se ha parado en la muleta. Primero, cuarto y sexto han ofrecido posibilidades de lucimiento, sobre todo el último que embestía con nobleza y recorrido por ambos pitones. No ha sido una buena novillada, incluso, desde la óptica del toreo moderno, podríamos decir que ha sido mala, pero ha tenido interés, el interés de lo desconocido, porque eran novillos distintos y requerían de una lidia diferente a la habitual. Quizá el público que acude a las plazas, e incluso los aficionados, no estemos preparados para entender estos toros y la lidia que necesitan, quizá sean los novillos-toros que hoy han saltado al ruedo de la Misericordia los que han viajado en el túnel del tiempo hasta nuestra época.
Los novilleros y sus cuadrillas, a los que reconozco el mérito de anunciarse con una novillada que nadie quería torear, han estado a la deriva toda la tarde, los novillos han impuesto su ley en todo momento, y no es que hayan mostrado excesivo peligro en su comportamiento, incluso alguno ha demostrado nobleza, pero nadie, ninguno de los que toreros que intervenían en el festejo, a sabido imponer su ley y los novillos han andado a sus anchas. Puede que haya sido el “miedo escénico” producido por el trapío del ganado, o porque ya venían predispuestos por la leyenda de la ganadería, o porque no sabían cómo meterles mano... por lo que sea... lo cierto es que han andado a la deriva toda la tarde. ¿Qué hubiera pasado si las cosas se hubieran hecho de otra forma? Eso ya nunca lo podremos saber.
A la salida, división de opiniones entre la afición. A unos les ha parecido una moruchada; a otros interesante, con un comportamiento consecuente con su encaste; había quien destacaba su excelente presentación, mientras que otros se quejaban de lo contrario; a unos les traían a la memoria los toros de antaño y a otros le recordaban los de un famoso bodeguero; mientras que unos pedían que no vuelvan los toros de don Fernando Pereira Palha a Zaragoza por una larga temporada, otros se lamentaban de que eso pudiera ocurrir… División de opiniones, que es la salsa que le da sabor a esta Fiesta. Cuando salimos de la novillada de hace quince días, que no recuerdo, ni quiero recordar, de quién era, todos estábamos de acuerdo, ahí se acabo el tema y cayó en el olvido. De esta, seguiremos hablando.
Quizás hubiera demasiadas expectativas en esta novillada, quizás nuestra ilusión estuviera subyugada por el deseo, quizás la realidad nos ha cogido desprevenidos y desarmados… pero conforme vayan pasando los días y las imágenes se serenen en nuestra cabeza, hasta es posible que alguno sueñe con que se ha transportado realmente a esa época en donde la historia nos habla de toros parecidos a los que hemos visto esta tarde.
yo vi ,la novillada,y efectivamente me esperaba mucho mas del ganado y muchisimo mas de la terna,una pena. Tengo una pregunta que haber si puedes ayudarme. Tengo entendido que unos maños vieron las corridas de Ceret de este ganadero,y mi curiosidad es el saber como se comportaron los toros, asi mas o menos tener una referencia de como debieron de comportarse. Tengo ,mi idea,quizas mas bien "el sueño" de como yo quisiera que se hubieran comportado,pero bueno. Me gusto mas el comportamiento de un par de bichos del año pasado,seguro que te acuerdas. Fueron el 1 y el 6.
ResponderEliminarpermiteme que me alarge:estaba yo comprando las entradas y paso don Fernando,un aficionado le rindio tributo con sus respetos,y se hizo un silencio sepulcral cuando paso don Fernando,me parecio un momento magico,muy bonito. Y he de decir que me parecio ver mas gente que el año pasado con lo que creo que algo si importa esta ganaderia. Detras mia habia unos abueletes que incluso alguno se fue de muy mala uva antes de terminar la novillada,y no paraban de echar pestes contra los novilleros,era el tendido 5. Ya me disculparas don jose o don pepe que me haya alargado tanto,sincero te soy al decirte que ha sido un poco desahogo. Pero tengo desazon que me crea la incertidumbre de no saber si podre volver a ver a esta ganaderia,en fin
Un saludo.
menudo rollo te soltao
yo no he visto ninguna corrida en Ceret, tratare de que algún conocido que sí ha presenciado corridas de toros de don Fernando en Ceret te pueda contestar.
ResponderEliminarDe la novillada de ayer ya sabes mi opinión, de la del año pasado, tan criticada en su día por los aficionados, a mi me gusto, hacía tiempos que no veia unos novillos moverse tanto como aquellos, me parecio más encastada que la de ayer.
Tambien recuerdo que hubo un par de novillo, creo que los que dices, que tuvieron posibilidades de lucimiento.
Soy de la opinión expresada por Mariano, pero he de reconocer que durante la celebración de la misma en mi cabeza daba vueltas…, como bien titula el artículo, eso de “La Realidad y el Deseo”.
ResponderEliminarSinceramente espero y deseo que Don Fernando siga lidiando en Zaragoza, no me aburrí, se me hizo corta….
Salud y suerte.
Cárdeno.