“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala

viernes, 31 de mayo de 2013

UNA TARDE DE TOROS

Ni más, ni menos. Una tarde de toros. Eso es lo que se vivió ayer, 30 de mayo de 2013, en la Plaza de "Las Ventas" de Madrid. Conviene tomar buena nota porque no son muchas las veces que eso ocurre. Emoción durante toda la tarde, interés en cada toro que saltaba al ruedo, compromiso de los toreros en cada lance... En total, más de dos horas de corrida y nadie se aburrió ni viéndola por televisión, como es mi caso. Así debe ser una corrida de toros.

Datos de interés. En primer lugar, los toros. Buena corrida de Adolfo Martín con dos toros de nota. Clara mejoría en relación con las lidiadas en años anteriores es esta y otras plazas. Ojalá sea el comienzo de la recuperación de este encaste y -en particular- de esta ganadería, pues buena falta le hace a la Fiesta. En segundo lugar, el compromiso de los toreros. La apuesta de Javier Castaño por la lidia completa de sus toros, con gran protagonismo de su cuadrilla, es algo  muy bueno en estos tiempos tan raquíticos en torería. Sus banderilleros David Adalid y Fernando Sánchez han demostrado que no sólo es posible sino necesario -obligatorio, diría yo- realizar el tercio de banderillas con majeza y torería. Un óle por ellos. Igual reconocimiento para Tito Sandoval que, como es su obligación, ha picado su toro por derecho, como tiene que ser. Este comportamiento se les debería exigir a las cuadrillas de todos los matadores y, de forma especial, a las de los que están considerados "grandes figuras" de esta profesión. Antonio Ferrera y Alberto Aguilar , con mejor o peor suerte, han estado a la altura de las circunstancias. Sobre todo el primero que, en su estilo, ha estado serio y sobrio en sus dos toros.

En resumen, una tarde de toros. Ni más, ni menos que eso, algo que para los aficionados, dado como está el patio, es muchísimo. Tardes como esta son las que necesita la Fiesta para salir a flote. Dejarse de marear la perdiz y apostar por la verdad de este espectáculo. Algo que viene a ser muy parecido a lo que se vivió ayer, 30 de mayo de 2013 -conviene recordarlo-, en la Plaza de Las Ventas de Madrid.