“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala

sábado, 30 de agosto de 2008

LA PLAGA DEL AFEITADO

Si el fraude del afeitado ha sido compañero permanentemente de la Fiesta de los Toros desde hace casi un siglo, aunque en unas época se haya practicado más, como en en los años cuarenta y cincuenta, y en otras menos, este año se está convirtiendo en una auténtica plaga. Da lo mismo que sea en cosos de primera, de segunda o de tercera, hoy por hoy se ha convertido en una practica habitual en la mayoría de las plazas y se hace sin complejos y sin ningún tipo de miramientos. Da vergüenza ajena ver las fotografías que se publican, día tras día, en los espacios que los aficionados, de una y otra latitud del planeta taurino, mantenemos en Internet.

Pero si esta práctica es un fraude para los espectadores que acudimos a los festejos taurinos -aunque a muchos, por no decir que a todos, los espectadores de feria les da lo mismo, y ese es uno de los factores que anima a los profesionales a cometer semejante latrocinio-, es mucho más grande, grave y perjudicial el fraude que se le hace a la propia Fiesta, porque se vulnera uno de los principios éticos en los que se basa la tauromaquia, ya que, como expone en su libro “Filosofía de las corridas de toros” el catedrático de filosofía de la Universidad de París, Francis Wolff : “...el toro debe ser lidiado por quién acepta exponerse él mismo al mayor peligro y es matado conforme a reglas y formas que se basan en el respeto de su integridad física (los pitones, temibles armas naturales) y moral (no puede ser excitado ni disminuido artificialmente)”.

La grandeza, la épica y la ética de esta Fiesta se basa precisamente en eso, en el combate cara a cara, sin trampa ni cartón, entre el toro y el torero, entre la fuerza bruta y la inteligencia, sin disminuir artificialmente la fuerza del toro ni sus armas defensivas. Si este principio no se mantiene a rajatabla, si se consiente, como ocurre en la actualidad, el afeitado, si no se respeta la integridad del toro, el triunfo de los toreros pierde todo su valor y se convierte en pura chatarra, y ocurre, como ya esta pasando, que los toreros, en vez de héroes, se convierten en villanos y sus éxitos no tienen ni la trascendencia, ni la resonancia que deberían de tener.

Quizás en estos tiempos el negocio de los toros sea más lucrativo que nunca para unos pocos, pero es ruinoso para la mayoría de los toreros que pueblan el escalafón y nefasto para el futuro de la Fiesta. Si se sigue por este camino, si los que pueden no ponen los remedios oportunos, estamos abocados a una fiesta menor, a una pantomima teatral huérfana de los valores que la han mantenido en candelero durante más de dos siglos y, más pronto que tarde, estará condenada al capricho de las modas y al olvido. El papel de héroes que antaño jugaban los toreros es ahora ocupado por futbolistas o deportistas de élite, quizás tenga algo que ver en este cambio de gustos de la sociedad la visualización de que en estos campos se persigue el fraude, se sanciona duramente a los defraudadores y se busca la legitimidad e integridad de los campeones, cosa que no ocurre actualmente en el mundo de los toros.

lunes, 25 de agosto de 2008

Muchas corridas y pocas novilladas

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- ¡Vaya sorpresa! ¿Pero, qué hace usted por aquí?
- ¿Por qué se sorprende usted tanto?
- No sabría explicárselo... no sé... pero no esperaba encontrarlo en el recinto de la Expo... además creo recordar que no era usted muy partidario.
- Y no crea que he cambiado mucho de opinión... pero ya sabe como son estas cosas: la parienta, los chicos, los nietos... venimos en ambiente familiar.
- ¿Y que hace usted sólo? ¿Lo han abandonado?
- Están haciendo cola para entrar en no se que pabellón que dan un paseo en barca.
- ¿Y qué le parece a usted nuestra Exposición Internacional de Zaragoza en este año crucial para el devenir de nuestra ciudad?
- Hueca.
- ¿Cómo dice?
- ¡Hueca!... Mucho continente y poco contenido.
- Es usted de lo más conciso, don Pepe, como no se explique un poco más.
- Muchos pabellones muy grandes, pero vacíos; mucha propaganda, pero poca información de los países participantes; muchos audiovisuales muy bonitos, pero pocas imágenes de la realidad cotidiana de cada sitio; muchos...
- No siga usted... además, en parte de lo que dice, lleva razón. Pero lo que cuenta es el nombre, el prestigio internacional de nuestra, más que bimilenaria, Inmortal Ciudad... y las obras de infraestructura y modernización...
- Eso... las obras que tanta falta hacían y, aunque tarde y mal, se han hecho ... aunque nos hayan salido por un ojo de la cara.
- Bueno, bueno, don Pepe... dejémonos de cuentas y cuénteme algo. Yo tengo a los míos en la fila del pabellón de España y, a lo que se ve, va para largo, mientras nos toca el turno podemos tomarnos un vinito y charlar un poco de nuestras cosas.
- Sea.
- ¿Y qué me cuenta de la temporada? Yo estoy ilusionado. Este año hay una serie de toreros jóvenes que están destacando y poniéndoles las cosas muy difíciles a los figuras.
- Pues yo estoy decepcionado, don José... muy decepcionado por el curso de la temporada y la desfachatez de los taurinos, porque no tienen ningún respeto por esta Fiesta de la que viven y se presentan espectáculos indignos que nunca se deberían dar en una plaza de toros.
- No será para tanto...
- ¿Como qué no?... No me negará que está siendo vergonzosa la presentación de muchos de los toros que se lidian en muchas plaza, incluso en las de primera, toros que nunca deberían de llegar a esa condición de mayoría de edad taurina y ser lidiados como novillos, que para eso se anuncian como “desecho de tienta”, e incluso como erales, en novilladas sin picadores. En la actualidad se dan demasiadas corridas de toros, todo vale, y las cosas no deberían de ser así.
- Pero eso no está mal, que se den más festejos taurinos es algo positivo para la Fiesta...
- Pero no tantas corridas de toros, es imposible que haya toros bien presentados para tantas corridas como se programan en la actualidad, sin embargo, y este es un problema muy serio, cada vez se dan menos novilladas picadas y muchas menos de erales para principiantes sin caballos. Como le digo, don José, este es un problema más serio de lo que parece porque, aparte de la imposibilidad de que haya tantos cuatreños para cubrir todos los carteles, los novilleros se ven imposibilitados de aprender el oficio como antes se hacía, toreando becerradas y novilladas para ir adquiriendo el oficio, porque no se programan o si se hace es a base de poner dinero para torear.
- Pero es que las novilladas no interesan a los espectadores y son deficitarias para los empresarios, sería de tontos tirarse piedras contra su propio tejado.
- Ya se sabe, don José, que los espectadores van a los toros ocasionalmente en las ferias y no van guiados precisamente por la afición, pero no deberíamos de olvidar que esa escuela de aprendizaje es el futuro de la Fiesta y, si se programaran novilladas con mayor asiduidad, los aspirantes a matadores de toros llegarían a la alternativa con un mayor bagaje y conocimientos para estar a la altura de las circunstancias. De esa forma muchos de los toros impresentables que se lidian en la actualidad como tales serian sacrificados en festejos menores, como siempre ha sido. Ahora los novilleros se ven abocados a tomar la alternativa demasiado pronto y llegan al escalafón superior más que verdes.
- Pero en esta época el entramado de la Fiesta funciona así, don Pepe, y poco podemos hacer los aficionados.
- Al menos podemos decirlo, denunciar esta situación anómala que no conduce a nada bueno y amenaza el futuro de la Fiesta de los Toros. Fijémonos, ahora que han tenido lugar las Olimpiadas de Pekín, en el deporte de élite, para que salga un campeón se necesitan muchos años de práctica, muchos aspirantes que se quedan en el camino, muchas competiciones menores, campeonatos locales, provinciales y nacionales que van seleccionando a los mejores para acudir a las grandes competiciones internacionales. De la misma forma se tendría que obrar en el planeta taurino; tanto para los toreros, pues tomar la alternativa debería ser la culminación de un amplio proceso de aprendizaje; como para los ganaderos, pues la mejor forma de afinar la selección y presentación de sus toros en los festejos mayores es tener salida para sus productos que no reúnan la presentación y el trapío requerido como cuatreños en novilladas y becerradas.
- Quizás tenga usted razón, don Pepe, recuerdo que en otros tiempos se programaban más novilladas y muchas tenían verdadero interés pero, a pesar de sus opiniones que en parte comparto, no me negará que hoy en día hay grandes toreros y se hacen grandes faenas.
- ¿Pero a qué? Al toro aborregado e inválido y, en la mayor parte de la ocasiones, afeitado hasta las trancas. En otras palabras, si la Fiesta sigue por este camino vamos hacia una Fiesta hueca, como en nuestra Expo: mucho continente y poco contenido.

lunes, 11 de agosto de 2008

FIESTA BRAVA - BIENVENIDO GRANDA Y LA SONORA MATANCERA

En estos días veraniegos y de fiestas patronales en la mayor parte de las localidades de la geografía española, en donde el toro está presente en primer plano en casi todas ellas, quiero contribuir al ambiente festivo general poniendo en el escaparate una canción de carácter taurino, pero esta vez, y saliéndome de los cauces clásicos de la música de toros, nos vamos hasta tierras cubanas para escuchar una rareza musical. Una rareza, entre otros, por tres motivos: porque pocas son las canciones dedicadas a la Fiesta de los Toros en las islas caribeñas; porque rara vez se utilizan ritmos y formas musicales salseros para contar sucesos taurinos; y porque en el repertorio de la formación que lo interpreta, La Sonora Matancera, con más de 80 años de historia a sus espaldas y 1.057 grabaciones discográficas, es el único tema dedicado a nuestra Fiesta. La canción está dedicada al recuerdo de Manolete, la voz la pone Bienvenido Granda y se grabó en 1948, un año después de la muerte del torero cordobés.

Los orígenes de La Sonora Matancera se remontan hasta el año 1924. En ese año se formó La Tuna Liberal compuesta por estudiantes y con la finalidad de amenizar fiestas familiares, guateques , serenatas y reuniones políticas del partido que originó su nombre primigenio. En 1927, a los tres años exactos de su fundación y con el nuevo nombre de Estudiantina Sonora Matancera, se trasladan a probar suerte en el competido ambiente musical de La Habana. La década del treinta es la época de la expansión de la radio y el tiempo propicio para el son, el danzón, el danzonete, la rumba, la conga y la guaracha. Los artistas matanceros, consumados interpretes de la guaracha, tienen acceso a este medio, en la emisora El progreso Cubano y, con una formación ya estabilizada, se presentan con un nuevo nombre, el que los ha acompañado hasta la actualidad: La Sonora Matancera.

La época dorada de este conjunto comienza a mediados de los años cuarenta y se alargá durante más de 20 años, durante esas dos décadas que estuvieron en lo más alto del escalafón musical cubano, y en el que hicieron 29 giras internacionales, pasaron por sus filas las mejores voces que ha dado la que algunos han denominado “la isla de las músicas”, ha sido vivero de muchos cantantes que luego han triunfado en solitario, por citar a media docena de los 46 cantantes que han pasado por esta formación: Celia Cruz, Daniel Santos, Celio González, Carlos Argentino, Nelson Pinedo o Bienvenido Granda, que es el intérprete del tema que hoy presentamos.

Bienvenido Granda se llamaba realmente Bienvenido Rosendo Granda Aguilera. Nació el lunes 30 agosto de 1915 en el barrio de Jesús María, en La Habana, Cuba. Fue conocido como El bigote que canta, por el descomunal bigote que siempre le acompañó, y era una de esas gustosas voces del bolero cubano, un poco nasal, con un fraseo muy especial, pero inconfundible y relajante, como para bailar suavemente un bolero o una caliente guaracha. Entró a formar parte de La Sonora Matancera en 1944 y se convirtió en una de las voces más cotizadas de Cuba, durante 10 años estuvo en el conjunto matancero. Su salida estuvo relacionada con una suculenta oferta que recibió desde Colombia, según las palabras de su compañero Nelson Pinedo: “Lo cierto es que le iban a pagar mil quinientos dólares a la semana, una cantidad que Bienvenido no había oído nunca, y desde ese momento, ya no regresó más a la Sonora”.

Fiesta brava es una conga cubana compuesta por otra de las voces emblemáticas de La Sonora Matancera, Daniel Santos, apodado por sus compañeros El Jefe, por su carácter y su éxito con las mujeres, en la que puso la voz de Bienvenido Granda. No es que sea una de las composiciones más famosas del conjunto matancero, pero para nosotros, amantes de la Fiesta Brava, es todo un documento. Un documento por lo exótico y alejado de lo habitual, y por la amplitud del fenómeno manoletista, cuyas noticias llegaron hasta Cuba y muestra de ello es esta composición popular.

De Manolete que puedo decir que no conozcan ustedes, mis queridos lectores, sería alargar la entrada y retrasar la escucha, tan solo recordar que dentro de pocos días será el aniversario de su muerte en la Plaza de Linares, 61 años hace ya. Vaya esta canción como un recuerdo anticipado de esa efemérides.

Fiesta brava
(Daniel Santos)

Esta es la comparsa del torero cordobés,
el torero que hizo gloria y a la gloria se nos fue.
Esta es la comparsa del torero cordobés,
el torero que hizo gloria y a la gloria se nos fue.

Torero. Torero
Olé. Olé. Olé.
Torero. Torero
Olé. Olé.

No te apures mujercita que nada va a suceder,
ya pedí a mi virgencita la suerte para vencer.
No te apures mujercita que nada va a suceder,
ya pedí a mi virgencita la suerte para vencer.

Torero. Torero
Olé. Olé. Olé.
Torero. Torero
Olé. Olé.

Fiesta brava.
Fiesta de fiestas olé.



lunes, 4 de agosto de 2008

Cambio de Montura

No es que mi intención sea reírme, o hacer mofa, de las desgracias ajenas pero, una vez que el incidente no pasó del susto para el picador de turno -del cual, por la falta de información que se da en los pueblos, no conozco ni el nombre-, no me negaran ustedes que no tiene gracia la secuencia del vídeo que enlazo a continuación.

Se trata de un lance ocurrido durante la lidia del tercer novillo de la tarde, “Castañero”, de Prieto de la Cal, en la plaza de Lodosa, que en cuanto divisó al caballo se lanzó al galope hacia él, sin hacer caso de los engaños que le presentaron a su paso, embistiéndole con gran violencia y cogiendo desprevenido al piquero que vio como en un plis-plas era, limpiamente, cambiado de montura, pasando de Quijote a Sancho Panza en un visto y no visto. Como decía al principio, por fortuna, no pasó nada y eso da chance al chascarrillo.

El novillo resultó excelente -en mi opinión, el mejor del buen lote que envió el ganadero onubense a las tierras del pimiento de piquillo-, pero nadie de los que estaban en el ruedo supo meterle mano y fue el dueño y señor de la situación durante toda su lidia, esa fue una de las razones del incidente provocado con el picador. Si quieren mayor y mejor información sobre este tercer festejo de la Feria de Novilladas de Lodosa, pueden enlazar con la crónica publica por David Díez en la Web de “La Cabaña Brava” bajo el titulo de “Castañero, un veragua de bandera”. En Portada de la misma Web pueden contemplar el vídeo que recoge la lidia casi completa de ese gran novillo que no encontró la horma de su zapato en Lodosa y se fue sin torear.

viernes, 1 de agosto de 2008

Sobre la salida del toro al ruedo

“Cuando el toro aparece por la puerta de toriles su primera impresión es de deslumbramiento, ya que viene de un chiquero individual, donde ha permanecido en absoluta obscuridad y aislamiento durante las 6-8 horas anteriores a la lidia, una vez realizado el sorteo y el apartado de la mañana. La colocación de la divisa en el morrillo aviva las reacciones del toro en el momento de saltar al ruedo. No obstante, puede sentirse aturdido de salida, dar tumbos e incluso estrellarse contra las tablas...

... Si desde el principio el animal se dispone a galopar porque cree que ha recobrado la libertad pronto se da cuenta de que el ruedo es redondo, y después de dar una o dos vueltas comprueba que no existe ninguna salida que le lleve a la tan ansiada libertad. Algunos toros intentan saltar la barrera por estar convencidos de que tiene que haber una puerta de salida. Es hecho, que es signo de mansedumbre, no es grave si se hace al poco de saltar al ruedo. Lo que sí es grave es que lo siga intentando durante la lidia...

... Muchos toros, sin embargo, se ponen a embestir desde el principio, derrotando en los burladeros y acudiendo allí donde algo se mueve. Esta acción es muy frecuente en el encaste Santa Coloma. Una actitud más reposada, más tranquila, es propia del encaste Parladé. Incluso hay toros que salen muy parados, tanto que llegan a exasperar a los espectadores y piden su devolución a los corrales por mansos. Son toros poco codiciosos...

... Lo cierto es que cuanto más rematen los toros en los burladeros y lo hagan con más fuerza y acudan a cuantas citas se les soliciten, más bravos serán de salida. Un animal en el ruedo tiene como objetivo fundamental quitarse de encima todo lo que le moleta, liberarse de cualquier agobio, aunque sólo sea el simple movimiento de los subalternos en el ruedo.

Una vez que el toro ha inspeccionado el nuevo recinto, llega el momento de emplearse con el capote. Hay que tener en cuenta que los toros de salida sólo saben, o deben saber, acometer. El toro trae la bravura del campo, el comportamiento y el estilo lo adquiere en el ruedo. Es el torero quien debe enseñarle a embestir de manera repetida y sostenida. El animal debe repetir la embestida cuantas veces se le cite, es conveniente que humille, que tenga fijeza, que galope en cada encuentro, que pase largo.

El toro de salida, toro levantado, tiene menos peligro porque pasa rápido, no se para y, si coge al torero, apenas se entretiene con él.

El torero no debe recortarle demasiado el final de cada pase, aunque es muy interesante que la cargue la suerte y le gane terreno en cada pase, para que por una parte lo llefve embebido en el capote y por otro produzca belleza, ya que de ese modo el toro se ciñe al cuerpo del torero produciendo emoción y arte.

Esto es lo que han hecho verdaderos maestros de la tauromaquia como Antonio Bienvenida, Curro Romero, Antoñete... que, a una edad avanzada, han conseguido torear muy bien con el capote porque después de cada lance daban 2 o 3 pasos hacia adelante hacia las afueras, obligando al toro a realizar un semicírculo alrededor del torero en cada pase. Hay que tener cuidado, sin embargo, de no quebrantar demasiado la fortaleza del toro.

A veces los toros se emplazan de salida en los medios y les cuesta abandonarlos, buscan la querencia lejos de los hombres de a pie y de las tablas. Si una vez citado sigue sin responder al estímulo es sinónimo de falta de lucha y de mansedumbre, de cobardía. Este toro no es bravo por mucho que se encampane desafiante en el centro del ruedo.

Hay toros que después del primer encuentro con el espada buscan el refugio de las tablas o el de su mayor querencia, que no es otra que la puerta de chiqueros, de donde no es fácil sacarlos. Es otro signo claro de mansedumbre.

En este primer momento se da mucho en la actualidad un tipo de calambres musculares, especialmente en los cuartos traseros, que hacen que el toro cojee e incluso se caiga, lo que es motivo de gran escándalo y de petición de devolución del toro.

Como ha sido ampliamente descrito en un capítulo anterior, el estrés que padece el toro en los primeros lances de la lidia es tan acusado que, mientras busca en su organismo la respuesta adecuada, se produce un desmorone muscular que le provoca falta de fuerza y caídas subsiguientes. Si la falta de fuerza no es excesiva y el toro posee suficiente casta y fiereza conseguirá superar el estrés de salida y recomponer la masa muscular ligeramente dañada. De lo contrario, se producirá un desfondamiento general y caídas prolongadas.

Una prueba fehaciente de falta de fuerza es que el toro, al pasar por el capote, eche las manos por delante, se frene y arquee de forma cóncava la línea dorso-lumbar, dejando ligeramente retrasados e incluso arrastrando los cuartos traseros.”

Nota: Extractos del capítulo referente al comportamiento del toro a su salida al ruedo del libro: “Comportamiento del toro de lidia. En el campo, en el ruedo”. Su autor, el Dr. Antonio Purroy Unanua, Ingeniero Agrónomo, Catedrático de Producción Animal y Vicerrector de la Universidad Pública de Navarra, une, a sus conocimientos científicos y profesionales, su afición y su pasión por el toro de lidia. Un libro sumamente recomendable.