
Licenciado y Bachiller en Teología por la Universidad de Salamanca, Gaspar Sanz también ocupó el cargo de Catedrático de Música en esta
“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala
Licenciado y Bachiller en Teología por la Universidad de Salamanca, Gaspar Sanz también ocupó el cargo de Catedrático de Música en esta
El pasado domingo, en la entrevista que le hicieron en el programa "Clarín", de Radio 5, Tomás Prieto de
A veces los aficionados nos llenamos la boca pidiendo el toro íntegro, pero eso solo no basta, debemos exigir de los toreros y sus mentores compromiso con
En el ato, una camisa y un pantalón, muleta, estaquillador y capote, en el bolsillo nada, en el estómago lo justo… su afición no cabía en ningún sitio. Eran los maletillas.
pasado de kilos y fecha, pisaba el ruedo; comenzaba lo real, con el toro, avisado y desarrollando sentido, el peligro se palpaba. Pero allí estaban ellos intentando hacer fácil lo imposible. Todo sobre los pies, parar, templar y mandar un sueño. Un derechazo, al que una colada transformaba en un ayudado por alto, otro de pecho; el de al lado, una media y un desarme, carreras y una voltereta; el siguiente, dos mantazos y al olivo. Unos tiritaban de calor, otros sudaban de frío. ¡Qué bromas gasta el miedo!
El miércoles, mientras el incombustible “Requena” fijaba al último de la feria, los maletillas, con un capote extendido, pasaban el guante: “A ver señores, la voluntad, una peseta al año no hace daño. Gracias, muchas gracias”.
escribir un panegírico de tan prolífico personaje del que soy admirador desde aquellas viejas películas en blanco y negro que veía de niño, doctores tiene la iglesia que desde ayer mismo se están ocupando de ello, pero no podía dejar de citar la interpretación que hizo del padre jesuita Domingo Camprecios en la serie televisiva “Juncal”. Duelo de titanes cuando tenía que compartir la escena con Paco Rabal, otro grande de nuestro cine recientemente desaparecido.
La tarde empezaba a refrescar, el sol avanzaba en su viaje taciturno hacia el Moncayo. Aún teníamos una hora de luz y todavía faltaba lo mejor, el debut y alternativa de Felipe, natural de Brea de Aragón. Causó sensación, hasta hubo un revolcón que afortunadamente no tuvo consecuencias. El que si sufrió un varetazo fue Fernando, “mañana lo llevaré todo negro”, decía. Estuvo con entrega, queriendo, gustándose, como todos, como José Mari y Julio, como Eladio, que puso la primera anilla desde su retirada hace un par de años, y como todos los que estuvieron en el ruedo. Una ovación para todos, nos dieron una buena tarde. Cuando el sol desparramaba sus últimos rayos, medio oculto tras el gran Moncayo, Felipe, que sin proponérselo había borrado del mapa a sus compañeros de terna, era sacado en hombros, lo nunca visto, por el propio ganadero.
El vídeo que enlazo a continuación, producido por "La Cabaña Brava" y alojado en la página de YouTube "Va de toros", trata de reflejar lo que fue este "Día de capea en Tudela". La música que le da cobertura corre a cargo de Dolores Vargas "La Terremoto", hermana del insigne cancionero Enrique Vargas "El Príncipe Gitano", interpretando una versión alegre, desenfadada y muy racial de "Chirpy, chirpy, cheep, cheep", un éxito del pop inglés de finales de los años sesenta que también alcanzó gran popularidad en nuestro país. Es el contrapunto ideal para acompañar este día de fiesta.
En ese momento ocurrieron dos cosas que para casi todos pasaron desapercibidas pero que, vistas a posteriori, adquieren gran significación, Rafael ordenó a su puntillero "Alones" que se abstuviera de limpiar el estoque, que lo mantuviera ensangrentado y, al mismo tiempo, pidió al desolladero que le reservaran la cabeza y las pezuñas del toro recién muerto que, a la postre, había sido el último de su vida profesional.
Al tiempo de partir de Zaragoza le puso un telegrama a su apoderado, don Julio Aumente, que decía. "Puedes decir diario que mañana a las doce me corto la coleta. Llegaré exprés. Guerrita”. Dicho y hecho, a los doce mediodía, en el patio de su casa cordobesa de la calle Góngora, 34, ante la presencia de sus familiares e íntimos, Rafael Guerra Bejarano “Guerrita”, se cortó la coleta. La cabeza del toro “Listón”, como recuerdo, pasó a poder de don José Noval, que ya tenía la del toro de la alternativa de Rafael, por nombre “Arrecío”, negro, de don Francisco Gallardo.