Eso es lo que podemos deducir de las noticias aparecidas recientemente en la prensa, algunos ganaderos se han quitado la venda de los ojos, han roto con la tradición y se han decidido por un paso de gigante hacia el futuro. Apoyándose en los avances de la ciencia quieren proseguir en esa búsqueda en la que llevan empeñados más de dos siglos, ese toro colaborador que minimice los riesgos y ayude a los toreros a desempeñar su trabajo con la mayor garantía posible y, así, puedan mostrarnos su arte con la máxima regularidad cada tarde en la que actúen.
El sistema de selección que se ha venido practicando hasta el momento ha quedado obsoleto y es preciso modernizarse y, puesto que los avances de la ciencia lo posibilitan, es posible hacer un trabajo de selección en el laboratorio, en vez de en el campo o en la plaza de tientas que, además de resultar más barato, ofrecerá muchas más garantía y fiabilidad que los métodos tradicionales. Todo serán ventajas, con la clonación el toro dejara de ser un problema, las corridas estarán absolutamente igualadas, con hechuras perfectas y comportamientos similares, se podrán eliminar los sorteos, porque todos los toros serán iguales y los toreros tendrán todos el mismo material, estaran en igualdad de condiciones, para desarrollar su obra, cosa que redundará en beneficio del espectáculo y del espectador y, además, se pondrá fin a ese axioma popular que tantas veces hemos escuchado en los tendidos y que sostiene que “cuando hay toreros no hay toros”, con el toro clonado se acabará la incertidumbre y ganaremos en seguridad y regularidad.
Pero la ciencia no se detiene y, en este y en otros campos, avanza a pasos agigantados, es preciso seguir por esta senda, profundizar en la aplicación de los adelantos científicos en la cría del toro bravo y, utilizando los modernos métodos de la cirugía para incluir microchips en los organismos vivos que regulan determinadas actividades del cerebro, tratar de conseguir el modelo de toro definitivo, el que asegure, al cien por cien, un comportamiento de las reses acorde con las necesidades del momento y de los diestros actuantes, sería, sin duda alguna, el mayor avance de la historia de la tauromaquia... el toro programado.
¡Sería la repanocha! No me pueden negar que no significaría un avance definitivo y trascendental, el toro dejaría de ser el animal irracional que es, variable en su comportamiento a lo largo de la lidia y capaz, merced a esa irracionalidad, de desbaratar el programa que los diestros puedan llevar preparados para su actuación, y pasaría a convertirse en el colaborador necesario para levantar la obra de arte del toreo tarde tras tarde. Se podrían programar los toros para que respondieran, mediante distintos estímulos, a los estilos y personalidad de cada torero, adecuarlos a lo que su repertorio de faenas demande, de esa forma podríamos contemplar en una misma tarde varios modelos de toros que responderían a las diferentes faenas previamente programadas por los intérpretes de este arte. La variedad en el comportamiento de los toros se garantizaría y enriquecería la tauromaquia del futuro, podría haber tantos programas informáticos para los toros como los que demandaran los diferentes diestros que, de esa forma, podrían abrir los horizontes hacia nuevas suertes y faenas. Piénsenlo señores ganaderos, sean valientes y no cierren los ojos al futuro, con la ciencia al servicio de la tauromaquia todo serán ventajas.
Antes de poner el punto y final a estas reflexiones quiero agradecer la oportunidad que me han brindado don Pepe y don José cediéndome un espacio en este su Blog para que pueda exponer mis ideas, atrevidas ideas, sin duda, sin cortapisas y con absoluta libertad, ante la docta afición que se da cita en la lectura del mismo, y también agradecer su ofrecimiento y disposición para que en el futuro pueda disponer de una sección propia en esta página, invitación que no dejaré de aprovechar, pues nuevas ideas se abren paso por mi mente y en este espacio pueden ir desarrollándose, por ejemplo, la posibilidad de atajar las críticas de los antitaurinos que se oponen a esta fiesta por el derramamiento de sangre que conlleva la muerte del animal mediante un dispositivo colocado en el morrillo del toro, un botón, que al tocarlo con la mano, o con un simulacro de espada, se active y desencadene la muerte instantánea del bóvido sin derramamiento de sangre, pero esa es otra historia y, amparado en la generosidad de don Pepe y don José al poner a mi servicio una parte de este Blog, en otro momento lo podremos desarrollar con más amplitud y detenimiento.
Leandro Gado Más
Científico jubilado y Futurólogo taurino.
Científico jubilado y Futurólogo taurino.
Me quedo un poco perplejo porque ... ¿los toreros no están ya clonados por el Centro de Investigación ese que se llama algo así como Escuelas Taurinas?
ResponderEliminarY, si estoy en lo cierto, ¿como va a haber tal variedad de faenas, etc.?
LUPIMON
Tiene usted razón, don Lupimon, si ya los toreros están clonados, porque a todos les enseñan lo mismo en las Escuelas y solo saben hace la misma faena, y con los toros pasa lo mismo, pues a los que no se prestan para la faena preestablecida la tropa de "profesionales" los descalifican con la famosa frase "no ha servio" ¿a donde vamos a llegar? Al aburrimiento supino, que es lo que ya pasa en la actualidad, vaya ruina...
ResponderEliminarUna aclaración, ese tal doctor Leandro Gado es conocido de don José, que ya sabemos de que pie cojea, siempre con sus detallitos, posturitas y cositas por el estilo de los que llaman "artistas". Vaya artistas de m... que se vayan al teatro...
En la plaza toros íntegros, encastados y con poder y toreros machos.
Atentamente.
don Pepe.
Me lo estoy imaginando, que emoción… y por lo que veo lo han descubierto tarde, pues con el insigne Leandro Gado, ya hablamos de “esta” posibilidad hace varios años.
ResponderEliminarMe imagino que en un artículo posterior, nos contara la posibilidad de repartir entre los “buenos” aficionados un mando a distancia para “mover” por la Plaza al “toro”.
¡¡¡ Ay cuando me toque el mando a mi !!!
Salud y suerte.