- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- ¿Cómo usted tan temprano por aquí?
- Pues mire, como no tenía mejor cosa que hacer, me he dicho, voy tempranito y le guardo el puesto a don José.
- Muchas gracias don Pepe, se lo agradezco, a veces esta gestión de renovar el abono se alarga demasiado y se hace pesada.
- Y más este año, vea… vea usted la fila que se ha formado.
- Pues no es para tanto porque la feria de este año es flojita…
- ¿Cómo que flojita? Es la mejor de las que hemos tenido en los últimos años…
- ¿Qué me dice?... Faltan toreros, figuras… es una feria barata…
- Pare el carro, don José… los que no están es porque no han querido.
- O por que no les han pagado lo que pedían.
- Pues a Morante le ofrecían el oro y el moro y ni por esas.
- Pero es que Morante de
- Pues eso, uno que no ha querido… y Castella tampoco.
- También ha cortado la temporada. Pero Cesar Rincón, en su año de despedida, no podía faltar…
- ¿Y cuando ha visto usted torear bien a Rincón en Zaragoza? No se lo que le ha pasado en nuestra plaza, pero nunca, ni en sus años triunfales, ha estado bien, estaba más pendiente del vuelo para Colombia que de otra cosa, y así…
- Vale, vale... don Pepe, aquí nunca ha estado bien, pero…
- No hay pero que valga, además, ni en Madrid, su plaza talismán, y no se porque razón, va a despedirse en la feria de otoño. Igual es que no ha querido… Y Tomás tampoco…
- Es que José Tomás, don Pepe, tenía diseñada esta primera temporada de su vuelta de otra manera…
- Ya, ya… será cosa del diseño, pero lo cierto es que aquí no ha querido venir, como no ha querido ir a Bilbao, ni a Madrid, ni Sevilla, ni a ninguna plaza de primera… además, ya viene Jesusín…
- Jesulín, don Pepe, se llama Jesulín de Ubrique.
- Ese… Jesusín el de Ubrique.
- Jesulín es un gran torero, le puede gustar más o menos pero hay que reconocerle que durante muchos años a estado mandando y, aquí en Zaragoza, no sólo ha triunfado sino que ha regado con su sangre el albero de
- Pues por mí… aunque se hubiera despedido por carta…
- No sea bruto, don Pepe... Usted que tanto habla de justicia... Un reconocimiento para los que se lo merecen…
- Eso mismo digo yo, don José, premiar a los que se lo merecen, como ocurre con un torero, Rafaelillo, al que usted y yo vimos jugársela con aquel toro de Dolores Aguirre en Madrid. Está anunciado una tarde en los carteles del Pilar.
- Bueno… claro, eso también es de justicia... pero, en general, es una feria a la que le falta algo, no se… carteles más rematados…
- ¡Tontadas! Los que no están es porque no han querido. Mire usted, don José, mi sobrino Pepito, que está al tanto de los mentideros y metido en los foros esos de Internet, ya me dijo hace tiempo que se comentaba que los carteles más problemáticos de cerrar han sido los de Fuente Ymbro y Alcurrucén, que no había toreros para esos toros. ¿Qué le parece?
- Pero es que esos toros…
- ¡Qué pasa con esos toros! ¿No andan todas las figuras pidiendo toros bravos y con movilidad? Ahí los tienen. Lo han demostrado. Pero cuando los tienen no los quieren. ¿Acaso esas ganaderías son de las duras? Porque si es así, que baje Dios y lo vea.
- Pero no me puede negar usted que es una feria más torista que torerista: Miura, Cebada, Ibán,
- ¿Y…?
- Que con esos toros no es posible el lucimiento y las figuras…
- Prefieren toros que no se muevan, que colaboren, que no tengan cuernos… vamos… lo que vemos en todas las ferias, toros por los suelos, dóciles y sin fuerza.
- Pero los que dan relumbrón a una feria son las figuras, don Pepe, siempre ha sido así, y ya sabe que, por ser quién son, tienen fuerza para exigir el ganado.
- Y así va
- Pues lo dice toda la prensa…
- La prensa que diga lo que quiera. La única pega que le pongo yo es la corrida de Victorino, triunfadora el año pasado. ¿Se acuerda? ¡Vaya corridón! Siendo justos, debería estar en los carteles. Pero, a pesar de eso, la feria me parece una buena feria. Aunque si por mi fuera...
- No se pase, don José... Lo importante es que haya toros y emoción en el ruedo, si así ocurre saldremos todos contentos y no nos acordaremos ni de figuras, ni de ésta conversación.
- Ya lo veremos.
- Ya lo veremos.
- Ande… pase usted que ya es nuestro turno.
- Por favor… pase usted primero.
- Muchas gracias, don Pepe.
- De nada, don José.
“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala
jueves, 20 de septiembre de 2007
Los carteles del Pilar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario