Programar la Corrida Concurso el día 23 de abril, jueves, como parece ser la intención de los nuevos empresarios del coso de “La Misericordia”, es condenarla al fracaso. Las razones para programarla ese día solo pueden ser dos: O por un total desconocimiento de los antecedentes de nuestra plaza; o por mala fe. Si es por la primera razón, malo, pues poco se puede esperar de unos empresarios que no conocen, ni se preocupada de hacerlo, el pasado reciente de la plaza que tienen que administrar. Si es por la segunda, peor que malo, pues confirmaría que, a los taurinos, lo que realmente les molesta es la Fiesta íntegra y los aficionados que la defendemos, por lo tanto, acontecimientos tan emotivos como los vividos el pasado año durante la Corrida Concurso de Zaragoza, que son buenos para la Fiesta, deben de ser malos para sus negocios.
Pero detengamos en los antecedentes, y más concretamente en los del pasado año. Según el balance económico de la primera parte de la temporada pasada, el fin de semana en que se celebró la Corrida Concurso -el sábado- y se completó con una novillada de interés para el aficionado -el domingo-, fue el más rentable de todo el primer ciclo. Unos buenos empresarios no deberían desconocer este dato y, siguiendo la lógica de los negocios, deberían cuidar todos los detalles y reforzar esa apuesta completando un fin de semana redondo, con una terna más rematada y una novillada de categoría para que, los que vinieron, vuelvan, y los que el año pasado dudaron o se abstuvieron, vengan. No es cosa de buenos empresarios taurinos trasladar una fecha consolidada, y con cierta repercusión entre los aficionados de fuera de nuestra Comunidad, a un día laboral en el que ninguno de los que vinieron el año pasado pueda venir este año... A no ser que lo hagan con alevosía y premeditación.
El año pasado, en los tendidos, además de los habituales aficionados aragoneses, se acomodaron bastantes aficionados de otras latitudes, tanto de nuestro país como del sur de Francia, lo que dio colorido y categoría a nuestra plaza. La corrida, que fue retransmitida por la Televisión Aragonesa, fue seguida con gran interés por los aficionados de todo el orbe taurino y, durante días, antes y después del festejo, se habló de lo acontecido en “La Misericordia” y el nombre de nuestra ciudad estuvo presente en todos los comentarios. Ese prestigio ganado, ese terreno recuperado, ese intento de situar la plaza de Zaragoza en el lugar que le corresponde, esa revalorización de nuestra plaza, que debería ser el interés primero de los políticos que la gestionan, se ve amenazado seriamente si los rumores que circulan sobre la celebración de la Corrida Concurso en jueves, 23 de abril, día de la Comunidad Aragonesa, son ciertos. Eso sería un bajonazo infame a este festejo emblemático y, de paso, a los aficionados que lo defendemos.
Y por si esto fuera poco, precisamente ese jueves, 23 de abril, y con televisión en directo, se celebrará en la Real Maestranza de Sevilla la corrida más atractiva de todo el abono, y una de las citas cumbres de la temporada, con el mano a mano, ante toros de Victorino Martín, entre “El Cid” y “Morante de la Puebla”. Si el pasado año la Televisión Aragonesa captó el interés de los aficionados del mundo entero, este año, y ese día, la atención no estará, precisamente, en nuestra plaza... mal negocio para la televisión. En vista de todo lo anterior, sería mucho más beneficioso para todos, empresa incluida, guiarse por los antecedentes y, como en otros años, programar para ese día una Corrida de Rejones, con más tirón de taquilla y mucho más del gusto de los aragoneses que se trasladan a Zaragoza a pasar el día festivo, y dejar la organización de la Corrida Concurso para un fin de semana especifico y completo.
Si se confirma el despropósito que se rumorea sobre la fecha de la Corrida Concurso -jueves, 23 de abril- todos salimos perdiendo: La plaza, la empresa, la diputación, la televisión, los aficionados y Zaragoza. ¿A quién le interesa semejante destrozo? Ustedes mismos. Lo que será seguro, como siempre, es que los más perjudicados seremos los aficionados -y sobre todos lo que tenían pensado viajar a Zaragoza para semejante evento, pues no se merecen este desprecio-. Una decisión caprichosa, o tomada a conciencia, que nos privará de compartir un buen fin de semana de toros con aficionados de otras latitudes. ¡O quizás sea por eso mismo! Por qué la afición molesta, estorba, fastidia, sabe, exige... y cuanto más dividida y separada esté, cuanto más desunida... mejor para todos los que viven de este negocio fraudulento. La Diputación Provincial de Zaragoza, propietaria de la plaza, y quién ha incluido la Corrida Concurso con caracter obligatorio en el Pliego de Condiciones, tiene el deber de vigilar para que la misma se programe en la fecha adecuada y en la forma apropiada, y si la empresa no rectifica, si sigue en sus trece... no debería consentir semejante desatino.
Ojalá que la cordura y el juicio lleguen a las mentes pensantes de nuestros viejos políticos y de nuestros nuevos empresarios y hagan necesario rectificar esta opinión a la mayor brevedad posible.
“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala
sábado, 14 de marzo de 2009
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