En esta época de crisis, no solo económica -que si bien influye no lo considero como factor exclusivo- por la que atraviesa la Fiesta de los Toros, pienso que mucha culpa la tienen las retransmisiones televisivas que se han hecho desde comienzos de los años noventa, así como los profesionales y toreros retirados que se han dedicado a comentarlas. Lo que debería ser un ejercicio crítico, a la vez que aleccionador, de lo que sucede en el ruedo, se ha convertido en alegoría y justificación de todo lo que hacen, bien o mal, toreros y subalternos en el ruedo, relegando a un papel secundario al actor principal de la corrida que no es otro que el toro. Esto a hecho mucho daño a la Fiesta pues, durante casi dos décadas, han ido influyendo en la opinión de los telespectadores y creando un tipo de aficionados asépticos y a la medida de las figuras de turno. No cabe duda de que han ocurrido cosas buenas en las corridas televisadas, pues cuando toro y torero se conjuntan, como ha ocurrido en los dos últimos años con Luís Francisco Esplá y Juan Mora en la plaza de “Las Ventas”, la fuerza, la magia del toreo se imponen y los comentarios pasan a segundo plano pero, en general, creo que han hecho mucho más daño que bien.
Por eso, pensando en la conveniencia de la retransmisión de corridas de toros por televisión, creo que debería hacerse de otra forma. En primer lugar, seleccionar qué tipo de corridas y desde qué plazas, y en segundo, que se haga desde la crítica constructiva y aleccionadora de locutores y comentaristas. No me sirve que se retransmita cualquier corrida desde cualquier plaza, ni que los locutores y comentaristas lo hagan -antes que desde la imparcialidad y la crítica rigurosa que sirva para que los telespectadores aprendan a valorar la importancia de lo que sucede en el ruedo- desde el intereses de las figuras y sus cuadrillas, menospreciando al toro y, como ha ocurrido tantas veces, insultando a los aficionados que en la plaza se muestran críticos ante lo que habitualmente sucede en el ruedo. Las corridas televisadas no deben de ser un flotador para que los empresarios salven los ingresos de una feria ni para que los toreros y su cuadrilla se lleven un sobresueldo. La promoción de la Fiesta por televisión, que sin duda es necesaria, requiere verdad y compromiso, si no es así más vale que no se televise ninguna corrida.
Totalmente de acuerdo deben retransmitirse corridas que como dices requieran verdad y compromiso, que flaco favor hacen a la Fiesta, aunque crean lo contrario las cantidades ingentes de festejos televisados por castilla-la mancha Tv y Canal Sur....
ResponderEliminarO aquellos años de T5 y A3...
Espectáculo Integro y con críticos imparciales (no pido nada...)