Minador y Bombacho tuvieron sus más y sus menos cuando fueron desembarcados en Tudela. Según cuenta el “Diario de Navarra” en su edición tudelana del 27 de julio, el primero le propinó una soberana paliza a su hermano de la que salió vivo de milagro. Ambos se lidiaron en la tarde de eso mismo día con dispar juego.
Minador y Bombacho, de la ganadería de Victorino Martín, llevaban marcados en sus costillares números correlativos, el “110” y el “109” respectivamente, y habían nacido en noviembre de 2003. Habían llevado, por lo tanto, durante sus más de cinco años y medio, una vida paralela y durante todo ese tiempo, por fuerza, tuvieron que compartir muchos momentos de su existencia en la dehesa. El destino quiso que también fueran compañeros en su último viaje hasta la población navarra y allí, no sabemos si por motivos recientes o añejos, tuvo lugar la pelea que nos cuenta el periódico.
En el ruedo de la "Chata de Griseras" tuvieron un comportamiento absolutamente distinto. Minador, el que lucía el nº “110”, se lidió en 2º lugar y fue un toro bravo que se empleó en el caballo en los dos puyazos que recibió y resultó muy noble en la muleta. Era un toro para soñar el toreo que aunaba todas las características positivas de los “victorinos” buenos: metía la cara humillando y haciendo el avión y tenía fijeza, prontitud y recorrido. El que había castigado a su hermano en los corrales tan duramente, en la plaza, fue un toro bandera, el mejor de la corrida y -pues así lo designó el jurado- el ganador del premio al mejor toro de la Feria. Su hermano Bombacho, con el nº “109” en los costillares, se lidió en 4º lugar y fue el más problemático de todo el encierro. Reservón en el caballo, incierto, quedándose corto y buscando lo que se dejaba atrás. En el primer par de banderillas, que protagonizó Vicente Yesteras -ante la negativa de su jefe de filas, habitual banderilleador-, se le paró inopinadamente en el centro de la suerte cuando el banderillero alzaba los brazos para clavar y, en vez de “salir de naja”, fue cogido por la entrepierna infiriéndole una cornada menos grave en el escroto. El que había recibido la brutal paliza en los corrales resultó, a la postre, el toro malo de la corrida, del que poco partido se pudo sacar y, además, mandó a un veterano y buen subalterno a la enfermería. Cosas de toros.
Nota: La foto de la pelea de los toros está publicada en Blog de la "Asociación Taurina El Toril", de Alfaro, en donde se puede leer un amplio artículo sobre la pasada feria de Tudela.
“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala
domingo, 2 de agosto de 2009
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