Lo conocí en su “Museo Taurino”. Su afición era tanta que se dedicó ha invertir en cuantos objetos relacionados con los toros pudiera adquirir: trajes, carteles, utensilios de la lidia, libros, cabezas de toros, documentos, música, películas, revistas… Allí pasaba, como vulgarmente se dice, las horas muertas. Cada viernes al anochecer se reunía una tertulia de viejos y jóvenes aficionados, los unos ensañaban y los otros aprendíamos. Alguna vez acudía algún aficionado de renombre de la ciudad, de los que no eran habituales, o alguno que, por el motivo que fuese, pasaba por Zaragoza. Allí se hablaba de toros, se comía y se bebía hasta altas horas de la madrugada. Para los nuevos, era un escuela de lujo para conocer la grandeza de esta Fiesta y aficionarse a ella con sólidos fundamentos. En aquellos años de mitad de la década de los noventa, cuando junto con unos amigos empezamos a frecuentar la tertulia, Enrique, junto con otros aficionados, acaban de crear la “Unión de Abonados de Zaragoza”, que fue uno de los primero movimientos de los aficionados en defensa de la Fiesta de los Toros y los derechos de los aficionados. Entre otras actividades, publicaban una cuidada revista taurina de nombre “Kikiriki”. Allí se miraba con lupa lo que acontecía en la Fiesta y sus alrededores y, sobre todo, en nuestra plaza de “La Misericordia”. Fue un ejemplo a seguir y, de allí y entonces, surgimos un grupo de aficionados -lo que luego sería la A.C. “La Cabaña Brava”- dispuestos a seguir luchando para que esta Fiesta, la que nos enseñaron Enrique y demás tertulianos habituales, siguiera manteniéndose con toda su integridad y autenticidad.
Hoy, 23 de enero de 2012, cuando tan solo contaba 64 años de edad, ha muerto Enrique Asín Cormán. Demasiado joven para lo que todavía podía y tenía que vivir y enseñar. De lo veteranos aficionados que eran habituales en la tertulia de los viernes en su Museo Taurino, ya son varios los que nos han dejado. Así, a bote pronto, recuerdo a Anselmo, o a los que aparecen en esta fotografía, tomada en plena tertulia del Museo un viernes cualquiera, que son, de izquierda a derecha: José Manuel de la Cruz, Paco Civera y Javier Sarría, descendiente de la legendaria ganadería navarra de Zalduendo. Todos ellos aficionados cabales, íntegros e insustituibles, de los que nos harían falta en estos momentos de zozobra de la Fiesta. Los que aquí seguimos, aún a pesar del aburrimiento al que nos condena el lamentable estado del actual espectáculo taurino que -como a Enrique en su día- nos invita a marcharnos definitivamente de esta farsa, trataremos, en su memoria, de seguir la lucha por la recuperación de la Fiesta de los Toros que ellos nos enseñaron. Descanse en paz Enrique y que, allá donde sea, siga la Fiesta y la Tertulia con los que se marcharon antes.
Amén, Mariano
ResponderEliminarQue recuerdos..., lo que aprendimos en su Museo, que personas mas cabales....
ResponderEliminarDescansa en Paz Enrique.
Que pena me da ver como se nos van marchando los buenos y grandes aficionados.Los doctores José Manuel de la Cruz y Francisco Civera y ahora el querido y admirado Enrique Asin, con los que aprendí a amar la fiesta de los toros, pero sobre todo a amar al toro bravo,al toro integro, sin manipulaciones, cuanto aprendí de estos excelentes aficionados.Descansen en paz todos ellos.
ResponderEliminar